miércoles, 25 de marzo de 2020

¿Qué condiciones se necesitan para la tiranía de las mayorías? Trueba Lara invita a pensarlas.




He terminado de leer "La Tiranía de la Estupidez" de José Luis Trueba Lara.   Resultó una lectura interesante, una lectura desde cuyas ideas me permitió pensar en situaciones del presente, sobre lo que está pasando en diferentes planos de la vida social: políticos, económicos, tendencias sociales, religiones, decadencias, tendencias...

Ha sido impactante, pensar, cómo desde la democracia misma, puede vencerse a la democracia para transformarse en una religión política, donde paradójicamente en su nombre, pueden surgir dictaduras y tiranías;  pensar cómo diferentes procesos políticos, económicos, sociales, llevan a las personas a sentirse en un condición de extravío total, se desarrollan guerras-sombras, que nos orillan a vivir en medio de penurias, enfrentando miedos y angustias  en la que finalmente se prefiere abandonar la adultez para infantilizarse, victimizarse mediante la banalización de su historia, cultura, religión por él sin deseo de preguntar, reflexionar, y entonces, con fe ciega, se prefiere esperar con idolatría, a quien ordenará el desorden que duele, se espera al mesías, a ese ser que será capaz de aportar certeza, seguridad y cura de todos sus males.  

Y este libro escrito en 2011, a pesar del autor, coloca en una reflexión de un tiempo que se está instalando...  El tiempo que ahí se analiza, parece muy familiar a lo que se está viviendo, pues recientemente, hemos visto al uso de la democracia para vencer a la democracia, es decir, este poder de la mayoría, pudiese tornarse una tiranía,  eso de que "el pueblo bueno manda" ¿no sería una la instauración de una mayoría a la manera de una nueva religión política? Y como afirma el autor, en ella, podrían anidarse silenciosamente, formas de decadencia social, dictaduras, tiranías, y tristemente, bajo el auspicio de una muerte aceptada por el mismo individuo, que abre la puerta a la realización de actos verdaderamente reprobables.

Ideas como: guerra-sombra, los partidos como “catch-all”, la pérdida de absolutos y el deseo de poder como sustituto, la tiranía de las mayorías, la religión del new-age y la decadencia en el pensamiento crítico... se pueden explorar por varios ángulos, a mí me interesan, por el lado de la educación, la formación de las nuevas generaciones.

Me ha encantado leerlo, pero me ha dejado preocupada, porque la posible solución es el sujeto, y la pregunta sin respuesta es como convencerlo en asumir una adultez, una responsabilidad y compromiso frente a la realidad.  Como educadora, la pregunta no tiene respuesta, pero no impide que siga explorando ideas para mirar al horizonte y reconocer coyunturas donde hacer algo.  ¿A leer si pueden...!


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sábado, 21 de marzo de 2020

Del discurso activista al esfuerzo cotidiano de cambiar desde uno mismo, lo que se necesita.




Hice una búsqueda de este canta-autor, porque lo vi en vídeo, como activista en este asunto de la cervecería (https://www.facebook.com/zeta.tijuana/videos/559047594712461/)y su necesidad de usar agua para su producto (que para mí no es indispensable, tomar cerveza no es mi prioridad la pregunta es ¿quiénes la consumen? ¿Por qué? si no hubiera consumo, no habría este tipo de industrias, entonces el problema es de naturaleza cultural, cómo modificar esa necesidad de alcohol y de tanta cosa que no nos ayuda a ser mejores personas...)

Bueno, investigué y me discipliné para escuchar esta conferencia y... ¿qué les diré? la terminé porque soy disciplinada, pero pienso, que estas formas de "activismo", este tipo de discursos, ya no funcionan, son palabras que un momento nos ponen frente a nosotros esas cosas que sí pasan, que si son verdad, que si hacemos, pero pienso que el modo de abordar este problema necesita renovados esfuerzos, ¿cuáles? la verdad no sé, pero, estos discursos, son de efecto momentáneo, salimos de ahí inspirados, pero ¿qué creen? la vida cotidiana, con sus prioridades largamente construidas nos dominan y ahí está la batalla real, porque todos estamos sumergidos en micro-acciones del diario vivir, que ni siquiera podemos ver, menos analizar, y que repetimos y repetimos todos los días, a cada momento...

El reto, el verdadero problema, es cómo verlas, pensarlas, asumirlas, y hacer esos micro-cambios en la vida cotidiana, que quien coma carne, deje de comerla, que quien bebe cerveza, deje de hacerlo, que quien fuma, lo abandone el cigarro, que quien se droga ya no lo haga más, que quien no trabaja, sea responsable, ético, que quien asume mal su rol familiar, lo haga bien, es tanto y tanto por reconocer y cambiar... ¿Quién dice yo? No es fácil, este es el verdadero problema, ¡Cambiar!... Por eso, si en un tiempo estos discursos me dijeron algo, hoy, que los puedo reflexionar, pienso que ahora están agotados... ¿Qué se necesita? como educadora, como profesora de chicos y de grandes (como una vez me dijo una de mis alumnas de maestría y a quien agradezco pues me hizo ver mi gran campo de acción), pienso que el verdadero trabajo está en la formación, en la educación, y para hacer algo,  padres, maestros, instituciones, sociedad, necesitamos "auto-educarnos", prepararnos más, ser-estar más "informados", tener más recursos de todo tipo, ser-estar más cultos, para pensar con responsabilidad en estos graves problemas en los que estamos metidos por la coyuntura histórica que nos tocó vivir, y bien "armados de ideas" podremos diseñar y actuar las nuevas tareas que hoy se necesitan... Como ven, tenemos mucho trabajo, no se trata de hablar bonito, sino de hacer cosas reales, cada uno desde el lugar en que le toca existir.  Que nuestros actos hablen por nosotros.  ¡Se imaginan lo que pasaría en el mundo¡ Es un trabajo de cada uno, sostenido, valiente, responsable, muy difícil, pues a quien hay que vencer, es el conformismo de uno mismo.

...Yo desde mi trinchera, me sigo formando, batallando conmigo misma y tratando de hacer, desde mi trabajo, desde mis diversos roles personales y sociales, esas pequeñas micro-acciones orientadas a grandes cambios, porque como aprendí de mí admirado maestro Hugo Zemelman, la historia por la que quiero remontarme (si se puede, la vida física es limitada, pero no la vida histórica como también me enseñó Agnes Heller), se irá gestando, en las micro-prácticas de la vida cotidiana, desde lo que uno es, y hace,, por eso, hay ser personas ricas, millonarias en ideas, sentido de vida, respeto y responsabilidad histórica...(entonces la gran batalla está dentro de nosotros mismos).

Bueno, esto es lo que pienso, y como siempre, insisto, pensar diferente puede ayudarnos a reconocer nuevos puntos de encuentro.