He terminado de leer "La Tiranía de la
Estupidez" de José Luis Trueba Lara.
Resultó una lectura interesante, una lectura desde cuyas ideas me
permitió pensar en situaciones del presente, sobre lo que está pasando en
diferentes planos de la vida social: políticos, económicos, tendencias
sociales, religiones, decadencias, tendencias...
Ha sido impactante, pensar, cómo desde la
democracia misma, puede vencerse a la democracia para transformarse en una
religión política, donde paradójicamente en su nombre, pueden surgir dictaduras
y tiranías; pensar cómo diferentes procesos
políticos, económicos, sociales, llevan a las personas a sentirse en un
condición de extravío total, se desarrollan guerras-sombras, que nos orillan a vivir en medio de penurias, enfrentando miedos y angustias en la que finalmente se prefiere abandonar la adultez para
infantilizarse, victimizarse mediante la banalización de su historia, cultura,
religión por él sin deseo de preguntar, reflexionar, y entonces, con fe ciega, se prefiere esperar con idolatría, a quien ordenará el desorden que duele, se espera al mesías, a ese ser que será capaz de
aportar certeza, seguridad y cura de todos sus males.
Y este libro escrito en 2011, a pesar del autor, coloca en una
reflexión de un tiempo que se está instalando... El tiempo que ahí
se analiza, parece muy familiar a lo que se está viviendo, pues recientemente, hemos visto al uso de la democracia para
vencer a la democracia, es decir, este poder de la mayoría, pudiese tornarse una tiranía, eso de que "el pueblo bueno manda" ¿no sería una la instauración de una mayoría a la manera de una nueva religión política? Y como afirma el autor, en ella, podrían anidarse silenciosamente, formas de
decadencia social, dictaduras, tiranías, y tristemente, bajo el auspicio de una
muerte aceptada por el mismo individuo, que abre la puerta a la realización de
actos verdaderamente reprobables.
Ideas como: guerra-sombra, los partidos como “catch-all”,
la pérdida de absolutos y el deseo de poder como sustituto, la tiranía de las
mayorías, la religión del new-age y la decadencia en el pensamiento crítico... se pueden explorar por varios ángulos, a mí me interesan, por el lado
de la educación, la formación de las nuevas generaciones.
Me ha encantado leerlo, pero me ha dejado
preocupada, porque la posible solución es el sujeto, y la pregunta sin
respuesta es como convencerlo en asumir una adultez, una responsabilidad y
compromiso frente a la realidad. Como
educadora, la pregunta no tiene respuesta, pero no
impide que siga explorando ideas para mirar al horizonte y reconocer coyunturas
donde hacer algo. ¿A leer si pueden...!