miércoles, 12 de junio de 2024

Thibaut Meurisse. Détox de Dopamina: Una guía breve para eliminar distracciones y entrenar tu mente para hacer lo difícil.

 


Thibaut Meurisse. Détox de Dopamina: Una guía breve para eliminar distracciones y entrenar tu mente para hacer lo difícil. (Colección Productividad nº 1) 2020. Edición Electrónica.

No encuentra mejor manera de iniciar que  presentando el contenido de este pequeñísimo libro por parte del mismo autor:

En la Parte I. La dopamina y el papel que juega, explicaremos qué es realmente la dopamina y cómo funciona. Tras leer esta parte, entenderás por qué no puedes dejar de mirar tu teléfono móvil, por qué te cuesta alejarte de las redes sociales o por qué te enganchas a ver vídeos.

En la Parte II. El problema, veremos por qué la dopamina puede ser un problema en el mundo actual. En esta parte, descubrirás cómo tus transmisores de dopamina han sido secuestrados y por qué esto puede suponer un problema.

En la Parte III. Los beneficios de un détox, revisaremos todas las razones por las que un détox de dopamina puede ser útil. Te presentaré varios tipos diferentes de détox de dopamina y hablaremos sobre varios conceptos equivocados respecto a la dopamina.

En la Parte IV. Un método en tres pasos para un détox exitoso, explicaremos en detalle cómo puedes implementar un détox de dopamina efectivo en tres sencillos pasos.

En la Parte V. Hacer tu trabajo (y superar la procrastinación), nos centraremos en llevarte de vuelta al trabajo. En esta sección, aprenderás a planificar tu día de manera efectiva y a eliminar distracciones para ayudarte a mantener tu concentración.

Por último, en la Parte VI. Evitar la “recaída en la dopamina”, trabajaremos con algunas herramientas y técnicas sencillas para ayudarte a evitar el exceso de estímulos y a mantenerte centrado en tus tareas clave a largo plazo. (Paginas 7-8)

Dado lo que leí en éste y el otro llamado “Generación Dopamina” de Anna Lembke (que ya comenté en este Blog y me llevó a éste), la dopamina es un neurotransmisor entre las células nerviosas que nos aportan estados emocionales placenteros, excitantes, eufóricos; al segregar dopamina nuestro cerebro anticipa recompensas, por tanto, impulsa a realizar acciones para conseguir el estado de placer esperado, sin embargo, no dura para siempre, y obtenida la recompensa necesitamos más dopamina para repetir la experiencia excitante, lo que puede llevarnos al problema de necesitar más y más liberación de dopamina para llegar a la situación ansiada, y ya, en este punto, estamos en un problema adictivo.   

Como dice Anna Lembke, la necesidad de liberar de dopamina en forma anormal, es decir, utilizando estimulantes de cualquier tipo (drogas químicas, por ejemplo) puede llevar a estados de dolor, sufrimiento, pues siempre se querrá más y más dopamina para lograr el estado de placer buscado con la sobredosis mortal.

En este libro, también se habla de este neurotransmisor, pero como un factor desconcentrante y le llama “Détox de dopamina” a la desintoxicación de ese torrente de estímulos que hoy día nos rodean y activan la segregación de este neurotransmisor en forma anormal, al grado que nos secuestra y evita que nos concentremos en la realización de lo necesario que nos lleven a estados de bienestar, de convivencia, de salud mental, de una vida saludable y productiva.

En este libro se no explica que diariamente, desde que nos levantamos estamos en medio de una infinidad de estímulos provocadores de placer productores de dopamina y hace que nuestro cerebro nos diga que es bueno quedarnos ahí, en se placer, en la banalidad, en lo simple, en el sin esfuerzo, salvo claro, no sea para conseguir más placer. 

¿Qué cuales son esos estímulos? Por ejemplo, ahora lo más familiar es el abusivo de dispositivos como teléfonos móviles, tabletas que nos mantienen en al tanto en la diferentes redes y plataformas.  Nuestro celular ha pasado de una necesidad de comunicación, a una necesidad dopamínica, queremos sentir el placer de subir nuestras fotos, ver las de los otros, de contar los like que provoca; no leemos noticias con argumentos, no, preferimos noticias falsas, memes, las simplezas que se publican en los TikTok, ver las fotos de Instagram y así, simplemente divertirnos, pasarla bien en todo momento.

¿Se trata entonces de una necesidad de dopamina en aumento? ¿Es una adicción que distrae de lo verdaderamente necesario para una vida saludable y productiva?

Podemos hacer una larga lista de lo que nos ocupa hoy día, como los videojuegos, la pornografía, la comida, el juego, las apuestas, el sexo, el ejercicio, y más cosas que ni siquiera sospechamos (Anna Lembke describe algunas insospechadas por mí).

En este libro, se nos explica que estamos en medio de un sinfín de provocaciones dopamínicas que nos secuestran e impiden concentrarnos para realizar esas tareas de la vida diaria que nos aporten desarrollo, el logro de metas, superación personal, como lo queramos llamar, el caso es que entramos en procesos de postergación, todo lo vamos dejando para después del después, a lo cual el autor llama Procrastinación, esa tendencia cada vez más presente en nosotros de postergar, retrasar, posponer algo que se tiene que hacer y en vez de llevarla a cabo se opta por otras más sencillas que eviten el esfuerzo que exige la primera que dejamos en espera.  Siempre pensamos, que eso que se necesita hacer, se puede hacer más adelante, que puede esperar, y cuando ese momento llega es porque ya se debe responder, como sucede con una tarea al maestro, una orden de la madre con ese ahorita, ahoritita, etc., tan conocidos por nosotros.

¿Por qué esta tendencia a procrastinar en nosotros?, las causas son muchas y de tipo personal, propias de nuestras historias de vida, que van desde la capacidad de disciplina, valores, inseguridad, estado de salud, falta de sentido en la vida, un problema educativo, no lo sabemos, el caso es que lo que tenemos que hacer, lo vamos dejando para después del después hasta que llega el tiempo límite y ya no tenemos opción, y acorralados respondemos a las exigencias, y por tanto la respuesta no tiene la calidad ni solidez que podría.

Procrastinar es un grave problema, y en esta debilidad humana, nos están esperando esos estímulos que llenan ese tiempo donde nos refugiamos y hacemos algo que sea fácil, que nos agrade, por tanto, se propicia la generación de dopamina y secretada en nuestro cerebro, ahí queremos permanecer pase lo que pase.

Y vienen los problemas mayores ¿Cómo nos alejamos de las redes? ¿Cómo me alejo de los videojuegos? ¿cómo dejo de comer en exceso? ¿cómo dejo de asistir al casino? Y quién sabe de qué cosas más tenemos que alejarnos para dejar de procrastinar, tal vez, ver televisión todo el tiempo, es decir, hacer algo que deja de ser normal, que hacemos en exceso al grado de ocupar nuestro tiempo.

Entonces, viene la sugerencia por parte de nuestro autor, nos habla de la importancia de hacer un “Détox de Dopamina”, es decir, desintoxicarnos.  En el libro, nada extenso, no pasa de las 70 páginas, es como una manual, nos plantea algunas sugerencias, puede ser un détox de 24 horas, de 48 horas, o paulatino.  Un ejemplo:

Supongamos que tenemos una actitud adictiva a las noticias (mi caso), entonces, si estoy consciente de que mucho de mi tiempo se extravía en esta actividad y estoy dejando de leer, estoy procrastinando la actividad que me he propuesto, pero no es fácil, entonces hago otras que la postergan. Lo que debo hacer es un programa que me vayan alejando de esa anomalía (Détox paulatino, lento)

1.    Al despertar, no prender ningún dispositivo, elegir un horario para saber lo que pasa en el mundo, escuchar al programa que más aporte información, revisar los periódicos, comentar algo si se considera importante y cerrar todo. (No más de dos horas, comentar una noticia que me importa, lleva su tiempo) 

2.     Escuchar música el reto del tiempo, la que en ese momento apoye más.

3.     Tener un horario flexible donde se ordenen las cosas por hacer en la cotidianidad del día.

4.     Si algo es difícil ponerse retardadores al estímulo dopamínico, como dejar el celular apagado, la tableta en la otra pieza, ir por un vaso de agua cuando se siente el deseo de asomarse al Facebook en la computadora donde leo…cosas así, propias de nuestra creatividad y espacio.

5.     Al irse a la cama, en mi caso, leer un libro físico para evitar los dispositivos. Por cierto, estoy leyendo Baudolino de Umberto Eco, libro bello, bello.

 

Algo así podemos hacer a sugerencia de este autor.

El mensaje de fondo es comprender que algo estamos procrastinando por el exceso de estímulos que nos producen placer, reconocer qué es, y entonces, construirnos esos Détox de dopamina para recuperarnos, para hacer lo que se necesita hacer, cuando se necesita, ni más ni menos.