José Gimeno Sacristán. El valor del tiempo en educación. Ediciones
Morata, Madrid, 2008. Edición Electrónica.
En sus primeros capítulos aporta algunas reflexiones
interesantes sobre la noción de tiempo, y dice:
“…es un discurrir
continuo que siguen ciertos procesos y fenómenos que apreciamos en el mundo
natural, en los acontecimientos culturales y sociales, en los sujetos y, desde
luego, en nosotros mismos. El tiempo significa, asimismo, orden en el
acontecer, reiteración y regularidad que la humanidad ha ido imponiéndose,
pasos de secuencias que se repiten cíclicamente y que reflejan los mismos
símbolos e instrumentos con los que tratamos de medirlo y ordenarlo. La esfera
del reloj recorrida por las saetas
marcando momentos que se suceden a la vez que
se repiten cada doce horas, la imagen circular del calendario azteca o
el nuestro que muestra la sucesión
ordenada, de izquierda a derecha, la secuencia de los días de la semana —de lunes a domingo— que se
repiten una tras otra dentro de meses
que, a su vez se suceden unos a otros con mínimas variaciones dentro del año y los años que aumentan uno a uno,
son símbolos de esa regularidad que es
la de nuestras vidas.”
Sí, se trata de un tiempo normado, pausado dependiendo su finalidad
que nos gobierna la vida social siempre entrecruzada. Por ello, nuestro autor pone en discusión
varios asuntos al respecto, como cuál debería el ser tiempo para asistir la escuela,
si más horas o menos dan garantía a de una mejor educación, del tiempo que cada
alumno necesita para una vida sana, la misma de los educadores. También reflexiona sobre los tiempos
regulados tan vinculados como lo es el tiempo laboral de las familias y el
tiempo escolar y todos los problemas que esto genera para ordenarlos sin menoscabo
de cada uno.
Es un libro que me encontré por necesidad de pensar nuestra
noción de tiempo, y considero que es abre una dimensión poco frecuente, esto de
reconocer puntos de articulación entre los diversos tiempos normados
socialmente con relación a la formación humana. Un ordenamiento del tiempo hace
falta, sin embargo, cuando unos se imponen a otros, generan caos y dificultades
para compaginarlos.
Pensar esto desde la escuela es importante y necesario, y bien
este tiempo no se puede cambiar, si se pueden construir estrategias desde
adentro de este tiempo para facilitar las otras temporalidades de los sujetos
implicados.
Es un libro, que todo educador necesita revisar, y llevar a
su mundo esta reflexión del tiempo cronometrado que cruza nuestras vidas
generando un ritmo social, que nos siempre es armonioso.