sábado, 4 de febrero de 2023

 

José Gimeno Sacristán. El valor del tiempo en educación. Ediciones Morata, Madrid, 2008. Edición Electrónica.

 Pensar nuestras nociones de tiempo como educadores resulta una tarea importante, pues dependiendo de cómo lo hagamos, se ponen en acto nuestras prioridades con sus respectivas vigencias.  Bajo esta premisa, me encontré con este libro, donde se aborda la importancia que damos al tiempo en la educación y las implicaciones que esta forma de hacerlo tiene con otras temporalidades de la vida social.

En sus primeros capítulos aporta algunas reflexiones interesantes sobre la noción de tiempo, y dice:

 “…es un discurrir continuo que siguen ciertos procesos y fenómenos que apreciamos en el mundo natural, en los acontecimientos culturales y sociales, en los sujetos y, desde luego, en nosotros mismos. El tiempo significa, asimismo, orden en el acontecer, reiteración y regularidad que la humanidad ha ido imponiéndose, pasos de secuencias que se repiten cíclicamente y que reflejan los mismos símbolos e instrumentos con los que tratamos de medirlo y ordenarlo. La esfera del  reloj recorrida por las saetas marcando momentos que se suceden a la vez que  se repiten cada doce horas, la imagen circular del calendario azteca o el nuestro  que muestra la sucesión ordenada, de izquierda a derecha, la secuencia de los  días de la semana —de lunes a domingo— que se repiten una tras otra dentro de  meses que, a su vez se suceden unos a otros con mínimas variaciones dentro  del año y los años que aumentan uno a uno, son símbolos de esa regularidad que  es la de nuestras vidas.”

Sí, se trata de un tiempo normado, pausado dependiendo su finalidad que nos gobierna la vida social siempre entrecruzada.  Por ello, nuestro autor pone en discusión varios asuntos al respecto, como cuál debería el ser tiempo para asistir la escuela, si más horas o menos dan garantía a de una mejor educación, del tiempo que cada alumno necesita para una vida sana, la misma de los educadores.  También reflexiona sobre los tiempos regulados tan vinculados como lo es el tiempo laboral de las familias y el tiempo escolar y todos los problemas que esto genera para ordenarlos sin menoscabo de cada uno.

Es un libro que me encontré por necesidad de pensar nuestra noción de tiempo, y considero que es abre una dimensión poco frecuente, esto de reconocer puntos de articulación entre los diversos tiempos normados socialmente con relación a la formación humana. Un ordenamiento del tiempo hace falta, sin embargo, cuando unos se imponen a otros, generan caos y dificultades para compaginarlos. 

Pensar esto desde la escuela es importante y necesario, y bien este tiempo no se puede cambiar, si se pueden construir estrategias desde adentro de este tiempo para facilitar las otras temporalidades de los sujetos implicados.

Es un libro, que todo educador necesita revisar, y llevar a su mundo esta reflexión del tiempo cronometrado que cruza nuestras vidas generando un ritmo social, que nos siempre es armonioso.

 

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