Eduardo Andere M. Conexiones y Equilibrios: Cerebro, mente y ambiente
para aprender y crear. IEXE Editorial. 2023, Edición electrónica.
He revisado otros libros de Eduardo
Andere, donde ha contado cómo es la educación en otros países, lo cual es
interesante, pero no ha sido un asunto de mis preferencias, eso de hablar de la
educación comparando un país con otro, planteando tablas de todo tipo,
porcentajes por aquí, por allá, no es el tipo de escritos que llaman mi
atención salvo determinados casos para consulta. Sin embargo, he de aclarar,
que siempre me agrada escuchar sus comentarios, conferencias, entrevistas, donde
es muy claro, conciso.
Un poco incrédula inicié la
lectura invitada por el título tan abstracto, pero sugerente. Abordar las relaciones entre cerebro, mente,
aprendizaje y creatividad no es algo simple; reconocer que el avance de las
neurociencias nos va cambiando las ideas sobre cómo interpretar y abordar la formación
humana; adentrarse por nuevas discusiones sobre el funcionamiento del cerebro,
lo emocional, lo racional abre nuevas preguntas pedagógicas, como ésta que nos
invita a explorar ¿cómo lograr que nuestros estudiantes quieran aprender?
Definitivamente, las
neurociencias movilizan ese viejo enfoque de la enseñanza-aprendizaje
tradicional que posiciona a los dos procesos como equidistantes, como
consecuente uno de otro, y resulta, que uno puede hacer circo maroma y teatro
para inducir procesos de aprendizaje, pero mientras no tengamos idea de lo que
sucede en los procesos cerebrales y de la mente de nuestros alumnos, estamos
dando palos de ciego en medio de arenas movedizas.
Confieso que estuve algunos
días frente al libro terminado, con la pregunta ¿Cómo trasmito mi experiencia
de lectura frente al mundo de ideas encontradas en cada uno de los capítulos?
Libros de este tipo, que avanza, profundiza, abre nuevos campos de ideas
mencionando a los investigadores que ponen en vilo un mundo de ideas preconcebidas,
y sí, el título es muy sugerente, porque el lector se encuentra con ideas que fracturan
las propias, se reabren y emerge la necesidad de reconectarse a lo que va
descubriéndose, para volver a equilibrar entre lo conocido y lo que se necesita
conocer. La mente del lector, bueno la
mía ha terminado en un caos, por lo que no ha sido fácil narrar mi experiencia
lectora.
Finalmente, decidí por
iniciar con tres palabras de su cierre, y éstas son neuroeducación,
neuropedagogía y neuropsicología. Tres
disciplinas conocidas por nosotros, pero que ahora inician con las ciencias que
investigan el cerebro, las neurociencias y con ello, todo se nos moviliza en
las prácticas educativas.
Estas tres disciplinas, se
han venido nutriendo de los descubrimientos de las últimas décadas en materia
cerebral, y nos imponen el reto de enriquecer nuestros conocimientos sobre las
personas que educamos, quienes son personas singulares cuyos procesos físicos inician
en el órgano cerebral, el cual secreta sustancias que activan emociones,
sentimientos, pensamientos en nuestro sistema
biológico y mental, personas a quienes necesitamos educar para vivir con esfuerzos
de bienestar en un mundo en transformación acelerada, y para hacerlo, necesitan
un cerebro-mente-cuerpo en constante esfuerzo de equilibración, trabajo que
realiza el sujeto mismo, quien necesita querer aprender, lo cual es educable,
tarea cada vez más compleja para los adultos y entornos responsables de
hacerlo.
Desde los 90s, se están
generando grandes avances en el estudio del cerebro gracias a la invención de instrumentos
que pueden mostrar su funcionamiento, lo cual ayuda a comprender lo que somos y
hacemos, estos estudios, afirma nuestro autor, puede ayudarnos a comprender el
fenómeno humano, ayudarnos a quienes tenemos la responsabilidad de la crianza,
la educación formal a realizar un mejor acercamiento con la infancia.
Una infancia que día a día se
sale del marco de ideas preconcebidas sobre ella y nos alejan de romanticismo
pedagógico anquilosado. Nuestros niños
responden a su tiempo social, a la tecnología que cambia drásticamente, dando
lugar a transformaciones en sus hábitos y formas de ser y pensar, es decir,
cambian sus ideas sobre la vida, la realidad, producto de la afectación del órgano
cerebral que origina procesos neurales que nos obliga a preguntas ¿Cómo
educarlos para una vida completamente nueva y diferente a la de los adultos que
los rodean si no conocemos esta parte sustantiva de su ser? ¿Los educadores,
los padres, todo adulto implicado con los niños que sabe sobre los últimos
descubrimientos del cerebro?
Son importantes preguntas que
necesitamos explorar y este libro nos introduce por este mar de ideas tan
alejadas y ajenas a los programas sobre formación docente, donde abunda más un
conocimiento sobre técnicas, métodos, pero no se ahonda en el conocimiento
profundo de la relación cerebro-mente-cuerpo, conocimiento que a todos nos
implica.
En este libro, Andere nos ofrece
los hallazgos sobre la investigación cerebral, profundiza en este llevado y traído
asunto de la emociones, los sentimientos, los pensamientos, y nos expone la
necesidad de conocerlos, de investigar, para ello, aporta una vasta bibliografía,
nombra autores, libros, que necesitamos revisar y estar preparados para estar
frente a los hijos de este tiempo, que nacen inmersos en la vorágine tecnológica,
en los cambios frenéticos de la
realidad, que igual, nos cambian a nosotros, y donde todos necesitamos aprender
a surfear para arribar a buenos destinos.
Estamos ante un libro, que
funge como mediación entre nuestro campo y el lenguaje de los científicos. Andere, es didáctico, cuidadoso, por ello, en
cada uno sus capítulos, nos avisa los asuntos que tratará, que podemos omitir
alguno si es muy complejo, pero todos en su conjunto, nos ayudan a construir
una mirada más enriquecida sobre la subjetividad infantil desde las neurociencias.
Concluyo diciendo que es un
libro de lectura obligada, ¿Qué es complejo? Si, algunas partes son de
exigencia comprensiva poco habitual por nuestro desconocimiento en este campo,
nos demanda voluntad, esfuerzo, pero como en el mismo libro se nos cuenta,
tenemos el lado hiperfrontal, nuestro lado activo del cerebro, donde se da el
trabajo constante, la motivación para seguir y da lugar a una danza de neuronas
que se reacomoden para posteriormente, ser la fuente de datos del lado hipofrontal,
lugar en calma, donde produce la mejor idea, la chispa creativa, bueno, eso
entendí, y me explica aquello de 95% de
esfuerzo, 5% de ideas nuevas. Es decir, nuestra creatividad, es producto de
varios factores, pero, siempre exige esfuerzo y nuestro cerebro está preparado
para ello. Leer este libro,
será un reto, pero las ideas-eureka que deje, serán invaluables.
Y los más importante, con nuestra lectura esforzada, la niñez idealizada en nuestra mente, irá dando paso a enfoques interceptados por las neurociencias. Como educadores no podemos mantenernos al margen de los nuevos descubrimientos
científicos que día a día se publicitan, y que en este libro, fueron bien recogidos, y hoy, nos permite un acercamiento de los tantos que
necesitamos realizar.