Este libro, explora nuestra capacidad de crear hábitos, es
decir, generar procesos automatizados de comportamiento para la solución de la
vida cotidiana; sabemos qué hacer al levantarnos, cómo dirigirnos a un lugar
determinado, horarios de alimentación, etc., los buenos hábitos, son rutinas
guiadas por un cerebro que ha registrado una actividad que no es útil, y así,
ahorra energía, no se tiene qué pensar todo lo que hacemos, ante determinadas
necesidades, se activan procesos automáticos de solución, muchas veces
favorables, buenos para vida, pero a veces, (o muchas) tenemos actos
automatizados que no nos dejan beneficios, sino afectaciones a la salud física
y emocional, de ahí la necesidad de conocer cómo se forman los hábitos para construir
estrategias para cambiarlos cuando nos perjudican.
Duhing nos dice que
si conocemos como formamos los hábitos, sabremos cómo desmontarlos o modificarlos.
Nos explica los momentos que dan lugar al desencadenamiento de un hábito:
primero, tenemos una señal, que es precedida por una rutina y realizada
la actividad programad, viene la recompensa. Esto sucede en el cerebro,
la señal activa la secreción de neurotransmisores que nos inducen a la
realización de las actividades y la sensación de éxito. Este proceso funciona como un buble
repetitivo, es decir, el cerebro lo registra, lo guarda, y a la señal esperada,
vuelve activarse todo el proceso. Un
hábito termina siendo un camino neural, o un recorrido cerebral, que se dispara
ante la señal esperada y nada lo detiene cuando esto se activa.
La señal, es el detonante, y por general, perdemos
noción de qué es, sólo sucede y nos lanzamos a la realización de la rutina,
por ejemplo, al tomar las llaves del auto, siguen una serie de acciones que no
pensamos, como manejar, movernos por las calles y avenidas, llegar al lugar
determinado, y logrado el proceso, sigue la recompensa, en este caso
llegar a donde se esperaba. Así, cada
actividad cotidiana termina registrada en el cerebro, lista para ser activada
cuando requiera, y sin pensar, volvemos a repetirla. Tenemos en la mente registrados un sinfín de
hábitos como lavarnos los dientes, las manos, el aseo, lo que comemos, como
trabajamos, como nos divertimos, etc., y todos están interrelacionados.
¿Qué sucede cuando por efectos de la vida social construimos
hábitos que desencadenan bucles de acciones de poco beneficiosas para
vida? Al ser una programación automatizada
en el cerebro, ese camino neural aprendido y registrado que a la primera señal
se activa y desencadena la nefasta rutina que nos daña ¿Qué podemos hacer?
El autor ha diseñado un programa de reconocimiento, que exige
primero darse cuenta de que ese hábito no es bueno, comprender que necesita ser
sustituido por otro, que no se trata de quitarlo, pues es enfrentarse con algo
programado que no cambia por voluntarismo, sino por la construcción de otro u
otros hábitos más fuertes capaces de evitar la primacía del hábito que afecta.
Esto implica, aprender a reconocer la señal que activa el bucle,
es decir, la activación de lo programado en el cerebro, lo cual exige un
esfuerzo de conciencia, de reconocimiento, e ir probando actividades de
postergación, de cambios paulatinos, hasta reconocer qué detona la rutina, y
cuando se descubre, ya se tiene una lista de acciones que se fueron probando
para evitar que sucede lo que ya no se desea más.
Para explicarnos estos procesos de reconocimiento y
modificación de hábitos, hay que leer el libro, pues va explicando esto con la
narración de diversos casos de personas en diferentes circunstancias, de ludópatas,
personas enfermas con rutinas inexplicables, personas con hábitos alimenticios
inadecuados que no sabían que detonaba sus ansias de comer, la descripción de bucles
de hábitos interconectados, que al descubrir el hábito matriz ayuda a modificar
otros hábitos.
Este libro, nos permite comprender el poder de los hábitos
para destruirnos la salud, la vida, pero igual nos ayuda a conocerlos y
aprender cómo funcionan y así intervenir con la construcción de otros más
favorables para nuestro desarrollo.
Hoy estamos atrapados en hábitos propios de nuestro tiempo,
como nuestro extravío ante las redes, donde al primer sonido del celular, le
sigue una rutina ante los mensajes, buscando la recompensa de los like, los
mensajes, etc., o frente a la comida rápida, o los video juegos, o las sustancias
adictivas, todo son hábitos que nos van ordenando la vida ya sin nosotros,
porque si a la primera vez que lo hicimos y nos dio una gratificación, ahí se
queda registrado, y volvemos y volvemos ya sin pensamiento, sólo buscando el
placer de hacerlo.
Así que, a leer este libro, más que nunca necesitamos de
buenos hábitos, el mundo nos necesita atentos, capaces de reconstruirnos, capaces
de reconocer qué hacemos, cuándo lo hacemos, que efectos tiene en nuestra
persona y los demás, es lo que llamaríamos, el poder de cambiar, y esto inicia desde
usar el poder de los hábitos en nuestro beneficio.