jueves, 2 de enero de 2014

Et si le selfie à 3 d'Obama lors de l'hommage à Mandela nous montrait surtout comment on est passé du "je pense, donc je suis" à "on me voit, donc je suis"


Michel Maffesoli, es un gran pensador de nuestro tiempo, plantea el reto de estar "al ritmo de la vida", que el pensamiento responda al acontecer, lo que exige renovar nuestros conceptos, revisarlos e ir haciéndonos de nuevos  para pensar lo que está pasando, y ahí, conscientes de lo que se está gestando, continuar con la vida humana hacia sus mejores desenlaces, esos que seguramente seremos capaces de construir. 

Este artículo es interesante, piensa en un suceso que parece intrascendente, pero no lo es... Me quedé pensando en el uso que hago del FaceBook, tal vez estoy viviendo las mismas paradojas, es lo más probable, pero que bien se siente saberlo y así tomar otras decisiones al respecto.

No hice una traducción textual, es lo que entendí, como una especie de reseña.  Espero no trasgredir su sentido y si hacer una aportación para su difusión, y así, sea un autor más leído, pienso que intelectuales de este corte, son los que necesitamos para salvarnos de la banalidad de estos tiempos que por todos lados nos seduce.

Aquí está, en especial para algunos de mis alumnos, quienes en la maestría se adentraron por estas ideas, lo cual enorgullece, pues leer a Maffesoli no es algo simple.


En las exequias de Nelson Mandela, planteada como aquélla que una persona política excepcional merece, vemos un acto banal entre tres políticos importantes, Barak Obama, David Cameron et Helle Thorning Schmidt, el cual que han suscitado varias reacciones.

Unos analizan el hecho como un acto exacerbado de narcisismo, y que se corresponde con esta visión moderna “descartiana”, « si pienso, existo », y en esta lógica, cuando Narciso se mira en la fuente, al mirarse existe, él es porque se mira así mismo, es por su propia mirada hacia sí.

En cambio, para Maffesoli existe una actitud Posmoderna; dice que estos tres políticos no pueden zafarse del espíritu de nuestro tiempo, y que paradójicamente asistiendo a un acto político moderno, viven un acto posmoderno, practican el « selfie » esto de auto fotografiarse y mostrarse a todos, y con ello, lo que hacen es auto-rebajar su rango antes excepcional, a meros bufones o cuando menos a iconos a los que se puede adorar o vilipendiar en las redes sociales.  Es decir, al hacer esto, rompen con aquella imagen sacramental, intocable de representar a todos en un proyecto, de construir confianza social; no, al exponerse ante todos, ahora son como todos los demás, expuestos a todo.

Maffesoli afirma que esto surge por la necesidad de ser mirados ya que la mirada de los otros, es lo que en estos tiempos nos hace sentir que existimos, que ya no es la mirada de mí mismo la que me hacer sentir que soy, sino que la mirada de los otros nos da presencia, identidad, por eso debo exhibirme, mostrarme en todo lo que pueda, para que los otros me vean y me  hagan saber que estoy, que soy, pues eso es lo que idea de existencia. Una postura posmoderna por supuesto.

Por tanto, Maffesoli concluye que llorando ante un hombre que representa el proyecto de liberación de un pueblo de casi un siglo, los tres políticos  juegan, se divierten con un acto banal al practicar el « selfie »  se recrean tal vez para salvarse del aburrimiento, se juegan la existencia en la emoción de vivir “el instante de ser vistos por los otros” se sentirse en Internet, de gozar el instante de sentirse mirados, de saber que existen, aunque sea un instante que encuentra sentido y fin en sí mismo, que se goza como “instante eterno” pero que trae como efecto colateral el sacrificio de desgastar su figura al ser uno  de tantos en la red al necesitar existir por la mirada de los otros, pues se es incapaz de ser por sí mimo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario