Hoy, estoy frente a un libro leído, que no sé por dónde invitar a leerlo. Es de esos libros que más que conocimientos, información, movilizó emociones, y siempre, hacer palabras lo que se siente, no resulta fácil ni sencillo.
Pero por algún lado hay que iniciar, no merece quedar extraviado en mis pensamientos.
Este libro, es uno de los más documentados que se pueden leer, pero si bien se vale de conceptos bien citados, nunca éstos se cierran con definiciones para encarcelar las ideas que utiliza, por el contrario, se vale de otras ideas metafóricas tomadas de fuentes que denomina con pulcritud y detalle y llama “Lecturas venerables”, que son novelas, poemas, ensayos, y con ellas logra encontrar las palabras para reflexionar este asunto tan trascendente y vital de nuestros modos de vivir, de habitar el mundo donde nos tocó nacer-morir, y como diría Unamuno “quedar en la tierra” desde la huella que dejamos conscientes o no de ello.
- “habrá que aprender a andar sin rumbo y sin destino, a tientas, con temor y temblor”
- “El mundo es la gramática que habitamos y que nos habita, la interpretación que nos posee y en la que vivimos”
- “Existir es salir de sí, lanzarse a una aventura en una tierra extraña que no dejará de serlo y en la que nunca se tendrá la sensación de estar en casa.”
- “Habitar el mundo es existir siempre en un trayecto, en una encrucijada.”
- “Lo útil provoca un bloqueo y una negación de sentido, no solo porque no es posible hallarlo sino sobre todo porque ofrece un único sentido.”
- “Será necesario girar la cabeza y mirar atrás. Solo así comprenderemos qué es, en definitiva, lo que hemos heredado, seremos capaces de interpretar la fragilidad del mundo y repensar si todavía estamos a tiempo y en condiciones de encontrar las formas necesarias para cuidarlo.”
- “El mundo se ha convertido en una inmensa red burocrática de la que es imposible escapar, es un espacio cerrado en el que impera una lógica instrumental que provoca la escisión entre la razón y el sentido.”
- “La actualidad no es lo que da sentido al tiempo, sino lo que lo niega, porque es un instante que coloca al que lo vive fuera del mundo en lugar de situarlo en él, en su fragilidad. No ha vivido más años el que tiene más edad, sino el que más ha sentido la vida.”
- “No ha vivido más años el que tiene más edad, sino el que más ha sentido la vida.”
- “Lo humano no tiene esencia, es una forma que se transforma constante e imprevisiblemente, que nunca es idéntica a sí misma.”
- “…los humanos no pueden más que existir en la fragilidad, porque son seres finitos que pugnan por lo infinito, un infinito que nunca llega, pero que es necesario para mantener la ilusión de continuar vivos.”
- “Un ser finito no es el que se limita a habitar el mundo, sino el que habita su fragilidad. Para existir, no solo para vivir, sino para «salir de uno mismo» (existir es eso, «salir de sí», lanzarse a una aventura incierta, sin brújula ni cartas de navegación)”
- “Para soportar el sentimiento de sentirse expulsado del mundo y de estar en lo inhóspito, a la intemperie, hay que encontrar un tenue hilo vibrante de sentido.”
- “…el sufrimiento no puede ser erradicado.”
- “Angustia, melancolía y pánico son tres formas de fragmentación que convierten el mundo en un desierto de sentido. La existencia no puede «respirar», deja de vibrar y de responder a los demás y a sí misma.”
- “La mayor parte de las veces «vivimos» pero no «existimos». Andamos en la cotidianidad del mundo sin pararnos a ver, a contemplar, a pensar y a sentir el mundo. La existencia es completamente a-problemática.”
- “La provisionalidad es el atributo fundamental de la existencia. Lo definitivo es la muerte.”
Y así, cada capítulo, se bien se concentra en diferentes problemas, no pierde el hilo para abordar el eje de su libro, que es la necesidad de asumir que los seres humanos somos cambio, movimiento en ese lapso de tiempo que somos entre el nacer y morir, y que desde ese momento, ya tenemos encima nuestro la carga heredada del mundo que nos precede, carga que necesitamos reconocer y pensar cómo usarla en el mundo que nosotros ayudamos instalar, que nunca podremos dominar, que es hostil la mayor de las veces, y ahí somos frágiles, vulnerables, y esta condición, necesitamos asumirla para aprender a vivir así, en ella, pues no se tiene alternativa, somos huéspedes de un afuera ingobernable, donde a pese a todo, se puede vivir haciendo esas pequeñas batallas existenciales.
Ojalá haya logrado interesarles,
lo busquen y se adentren, por sus “oceánicas” páginas, utilizando esta metáfora
de Freud, en el Malestar de la Cultura.
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