sábado, 30 de diciembre de 2023

Nadie nace en un cuerpo equivocado.

 

 José Errasti, Marino Pérez Álvarez. Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la identidad de género. Deusto, 2022. Edición de Electrónica.

 Hace días leí, “Un daño irreversible”, libro que aborda la disforia de género, es decir, sentirse de un sexo que no corresponde al sexo reconocido al nacer. El enfoque de libro, es de tipo documental, periodístico, con entrevistas, datos y da cuenta de un fenómeno social que crece a pasos agigantados y abren nuevos problemas por conocer y atender con medidas pertinentes.

Este libro, “Nadie nace en un cuerpo equivocado” sigue en esta discusión, pero con otro abordaje, ya no es la reportera interesada en un fenómeno social, sino dos catedráticos con formación psico-filosófica, quienes al desempeñarse en la universidad y convivir con jóvenes que se introducen en estas discusiones y cambios, por lo que se ven en la necesidad de abordar el fenómeno con bases de corte más científico, sociológico, filosófico, y en especial por la psicología.  Así, el libro se mueve en cuatro niveles:

En primer lugar, ponen en claro, que evolutivamente, antropológicamente, científicamente, respondemos a una sexualidad binaria.  Cómo especie, dependemos de una reproducción donde participan el sexo que aporta el esperma, y el otro que aporta el óvulo a fecundar, de esta unión, dependen los nacimientos, la evolución de nuestra especie.  Hoy sucede, que podemos ver a un “Hombre” embarazado, pero, aunque esta sea su apariencia, si puede embarazarse, es mujer; e igual, podemos ver a una mujer trans, es decir, un hombre que desea verse como mujer, que no puede embarazarse, porque es hombre.  Desde esta discusión, los autores ponen en claro que eso de declararse “No binarios”, no tiene que ver con el sexo designado al nacer, ser hombre, ser mujer, está prescrito como garantía de la supervivencia de nuestra especie.  Además, finalmente, si se pretende un cambio, quien es mujer y de pronto se siente hombre, o si se es hombre y se busca ser mujer, solo es un cambio de sexo.  El binarismo sexual, persiste.

Un segundo elemento, es esta idea de “Nacer en un cuerpo equivocado”, para ello, aluden a estudios, en este caso cerebrales, no se encuentra nada que diga, que existe un cerebro femenino y otro masculino, no existe cerebro rosa, o azules acordes a los cuerpos sexuados; se nace mujer, se nace hombre, lo cual se establece por la percepción de los genitales al nacer, y el cerebro nada tiene que ver.  Por tanto, la disforia de género no encuentra una razón científica, la pudiera existir de otras formas, y por ello, se necesita tiempo para investigar, para reconocer cuáles son los malestares que llevan a plantear esa disconformidad entre el cuerpo y lo que se siente.

Otro elemento de discusión, es la tendencia afirmativa de la psicología, la medicina, la industria farmacéutica.  Cuando de pronto, una persona dice sentirse de sexo contrario al designado al nacer y registrado oficialmente, se va dando un facilitismo para brindar apoyo a las tendencias de conversión; esto sucede por diferentes medios, la escuela, las redes que lo estimulan, generando presión en los padres, a quienes los hijos amenazan con suicidarse si no ceden, y ellos prefieren a un hijo “trans” que a un hijo muerto.  Un día un niño, un joven amanece diciendo que se “siente” es decir, se trata de una nueva “identidad sentida”, y dice que está en un cuerpo equivocado. Y surge una medicina, una psicología afirmativa que, sin más, sugiere la transformación, sin espera, sin una atención que revise los malestares propios del crecimiento corporal u otros problemas de corte de estabilidad mental, se suministran programas hormonales, cirugías de extirpación de senos o de transformación genital.  Hacer tales intervenciones, sin un tiempo de espera, de diagnósticos con los tiempos necesarios, pensar mejor lo que conviene en esa disforia, puede generar cambios irreversibles, que después, ante un arrepentimiento, genere otros problemas ante los cuales no estamos preparados para enfrentar.

Un cuarto elemento, que parece ser el más persuasivo y peligroso es el ideológico, demagógico.  Se trata del activismo “trans”, un movimiento que recorre las redes, se difunde y propicia que niños, jóvenes, se vean invadidos por esta tendencia y de pronto, ante cualquier problema, duda, inestabilidad, encuentren transformándose de un sexo a otro, declarándose que tienen un cuerpo equivocado, todo se resolverá, que al fin se han encontrado. La niñez, la juventud, está saturada de redes, donde “influencers” hablan de sus transformaciones y cómo han resuelto sus problemas, y a partir de ahí, se ven envueltos en ideas que les permite avanzar y agruparse, lograr reconocimientos.  Entrar en estos grupos propicia identificaciones, agrupaciones que reclaman derechos, libertad lograr sus fines como modificar sus cuerpos, cambiarse de nombre, sus documentos, y vencer cualquier resistencia.  A quien ponga en duda esta necesidad de sentida de identidad, se le acusa de transfóbico, que es algo que hunde a las personas en las redes, y por temor a ser vetado, guardan silencio. Poco a poco este movimiento de autodefensa trans, ha ido generando neologismos, cambios en los pronombres, imposición de denominaciones, y quienes sienten la necesidad de reflexionar la imposición, son vistos como enemigos, se aplica sin censura, una fuerte censura amenazante, agresiva y poco a poco se impone una ideología donde se confunde sexo con género.  Las personas que entran en estas tendencias de sentirse trans, son minorías que van creciendo en diversos grupos, denominados de diversas formas, y cualquier crítica es enfrentada con argumentos transfóbicos, con discusiones cortantes y agresivas para ahondar ni encontrar argumentos que los pongan en crisis.

El libro es reciente, y revela un problema que, en otros países va en aumento exponencial.  En México, no he encontrado nada al respecto, tal vez no he buscado correctamente, pero si aun no estamos en esos niveles de avance del transformismo sexual de nuestras infancia y juventudes, seguramente ya está surgiendo, y estamos silenciadas ante el temor de ser personas que gritan en desierto ante la amenaza de ser señalados como personas con fobia al transexualismo.

Los maestros no podemos mantenernos ajenos a los nuevos problemas que van emergiendo, ya sabemos de la defensa de hombres a usar falda, de las niñas a vestirse como hombres, ¿Qué tanto esa tendencia disque no binaria ya está entrando en nuestra población? O tenemos tantos problemas con la violencia, con la carestía, con la salud, que esto aún no se nota… es posible, pero tenemos que estar atentos, no sabemos qué problemas están ahí, creciendo.

Es un libro recomendable para todos, y todos podemos leerlo pese a que tiene partes complejas, que pueden saltarse, y luego volver a ellas.  Su lectura en verdad, es urgente.

martes, 12 de diciembre de 2023






Marian Rojas Estapé. Encuentra tu persona vitamina. Espasa, 2021. Pág. 312, Edición Electrónica.

Confieso que pocas veces leo Best Seller, y por lo que ví en su número de ventas, este libro lo es. Lo compré porque mi hijo me lo pidió e igual, lo regalé a mi hija y mi amiga creo, ya no recuerdo, de esto hace tiempo.  Lo compré para revisarlo, y hasta hoy pude hacerlo.  Y Sí, confirmado, es un best seller, pues se lee muy rápido, no tiene una trama teórica compleja, la autora con ejemplos y algunas citas va detallando este asunto de sentirnos bien segregando oxitocina, la hormona del bienestar.

Pienso que es un libro recomendable para todos, aporta información sobre el por qué muchas veces no logramos sentirnos bien, y lo adjudica al estrés, que provoca en nosotros la segregación de cortisol, una hormona que nos prepara para estar alertas, pero si siempre estamos así, tanto cortisol nos agota, nos enferma, por ello, la oxitocina, viene en nuestro auxilio para equilibrar el desorden, entonces el reto, el meollo del problema es cómo segregar oxitocina de manera natural.

En el libro va desglosando diversos apartados en los que nos explica por qué podemos estar más estresados, malhumorados, insatisfechos, y aborda los asuntos que tienen que ver nuestro desarrollo emocional desde la infancia, el problema del apego saludable. También habla de la convivencia con personas, pues siempre vivimos con otros, y como esas otras personas pueden hacernos segregar cortisol, a quienes no quieren llamar personas tóxicas, sino personas cuya personalidad es un tanto compleja que su cercanía nos afecta, y el reto es que ellas cambien, que se den cuenta del daño que pueden causar por su personalidad (esto me pareció un tanto ingenuo, pero mejor hay que leer el libro)

Bueno, la verdad, cuando leí la parte de la formación emocional infantil, todas esas cuestiones del apego, creo que me hizo generar cortisol, me pregunté ¿Qué madre fui? Esta que aquí propone o la que pude ser dada mi formación, mi madurez, mi sentido de vida y de progenie; me sentí angustiada de no haber sido la madre que mis hijos necesitaban y vino una sensación de culpa, de remordimiento, eso de sí “Y si…”, pero ya me sacudí esas emociones, me moví de lugar y ahora me digo, que como madre, uno es la persona que en su momento se necesita, no puede serse de otra forma, no puede darse lo que no se tiene, siempre se hace lo posible y se va cuidando el despliegue de eso que uno construye, en este caso, la formación de los hijos. Así que, por ese lado, ya me siento más tranquila, nunca postergué mi amor ni mis responsabilidades.

Bueno, pasado este episodio de cortisol, me encontré con esto de la persona-vitamina, y concuerdo, estar con personas que nos hacen florecer, que nos exigen, que nos ponen retos, que nos hacen sentir importantes y que les importamos definitivamente es de lo mejor, pero, eso no siempre sucede ¿por qué? Porque somos humanos, seres de carne y hueso, atolondrados por el peso de vivir en un mundo saturado de incertidumbres, y no siempre estamos en armonía con nosotros mismos para brindar a los demás ese apoyo que necesitan.

Ser una persona vitamina que ayude al otro, exige aprender a lidiar con las propias emociones, reconocerse, trabajar sus propias inequidades que solo uno conoce y a veces no tanto.  ¿Dónde encontrarse con personas vitamina? El mundo individualista, hedonista se impone y define en mucho nuestras personalidades, ser esa persona vitamina para el bien de los demás, me parece que es un desafío que tal vez vamos perdiendo.

Se trata de un libro -y me duele decirlo-, de superación personal (no me gustan este tipo de libros) y libros así proponen cosas irreales, pero en medio de todo, esta psiquiatra, aunque cae en este nivel de planteamiento, tiene un buen punto: aprender a reconocer nuestras emociones, y quedarnos con las que nos hace producir, oxitocina, y saber esto, sí ayuda…. Así que sugiero leerlo, no está de más.