viernes, 16 de marzo de 2018

¿El infierno son los otros? idea de Sartre para pensar y sentir nuestra relación con los demás.




“El infierno son los otros” famosa frase de Sartre, filósofo preocupado por el problema de la libertad y Savater hace algunos preguntas en su libro “Las preguntas de la vida”

"...¿Son los demás el infierno? Sólo en tanto que pueden hacernos la vida infernal al revelarnos -a veces poco consideradamente- las fisuras del sueño libertario de omnipotencia que nuestra inmadurez autocomplaciente gusta de imaginar.
¿Vivimos necesariamente incomunicados? Desde luego, si por «comunicación» entendemos el que los demás nos interpreten espontáneamente de modo tan exhaustivo como nosotros mismos creemos expresarnos; pero sólo muy relativamente, si asumimos que no es lo mismo pedir comprensión que hacerse comprender y que la buena comunicación tiene como primer requisito hacer un esfuerzo por comprender a ese otro mismo del que pedimos comprensión...”

Y así, continua... Pero esto de que los otros nos hacen la vida infernal es interesante, cada uno posicionado en su espacio, en su orden, en su idea así quiere vivir, en una idea de felicidad encapsulada, donde priva la armonía que su deseo amerita, pero llega el otro y entra en escena en nuestro espacios como afirma U. Eco, y todo se nos mueve y ahí está el problema, ¿cómo aceptar esa diferencia en nuestra mismidad omnipotente si somos nosotros y nadie más ahí, en ese mundo feliz? Un mundo feliz per aislado, irreal.

 Y la verdad, pienso que siempre estaremos en esta infernalidad, ya que siempre habrá un otro que difiera, que nos diga que nos somos libres para hacer lo que nos plazca, porque existe eso llamado “responsabilidad”, que nos exige situarnos, y aprender a crecer, a ser autónomos en esos resquicios de autoridad en la que nacimos, (Castoriadis nos lo dijo, somos libres en medio la autoridad, lo dado), y ¿Cómo crecer ahí?  Luchando, desafiando, desgastándonos queriendo cambiar lo que llevó años instalarse y muchos más llevará desterrarlos... 

No, pienso, que sería mejor que aprendamos a auto-construirnos en esos mismos espacios donde siempre hay resquicios, el poder no lo abarca todo (Foucault) y ahí aprovechar nuestro potencial para crecer, aprender, y dar lugar a más realidad, esa que soñamos mejor... Pero, hacer esto, nos exige prepararnos, cultivar nuestro pensar, nuestro sentir, y ser más conscientes, sensibles, responsables, y sobre todo, amorosos, porque el amor es una hermosa debilidad que se tiene ante el otro que nos importa, y a la vez, es nuestra gran fortaleza, porque ese otro nos descentra, y entonces somos capaces de hacer todo lo posible porque el otro, se realice, crezca, avance lleno de luz por la vida que le ha tocado vivir.  

Por tanto, el amor duele, en quien ama y por lucha por la realización del otro no la vive fácil, siempre se enfrentara a la resistencia del otro...

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