El ensayo “El populismo en Educación”, con el primero de los
escritos que integran el libro “La regresión educativa” (Grijalbo, 2021),
Guevara Niebla, un crítico de la educación mexicana de larga data, ¿Quién de
los maestros en su formación no ha leído algo de él?, espero que todos
respondan positivamente) nos presenta dos ideas centrales a mi ver, la primera,
y que no nos extraña, la conocemos de
toda la vida “la educación no es prioridad” y la segunda, nos cuenta, cómo se ha
disminuido y reorientado el financiamiento educativo, y cómo este poco recurso
económico, se destina a programa de becas o entrega de dinero sin
intermediarios, donde más que buscar el desarrollo de la educación, se tiene
como meta favorecer un clientelismo ad hoc a los sentidos políticos del gobierno
en turno; nos cuenta como AMLO, es el centro de tales disposiciones ante la
concentración de poder de que ha logrado al colocar a sus subalternos en las
dependencias institucionales, quienes siguen sus órdenes sin resistencia, tal
es el caso de nuestra secretaria Delfina Gómez.
Entonces, la regresión educativa se da por la asfixia de los
programas educativos ante los recortes auspiciados por la gran idea populista
de la “autoridad republicana”, concretada en despido de personal, recorte o
suspensión de programas, reducción de salarios, suspensión de asesorías
impidiendo la incorporación de ideas actualizadas, suspensión de equipos de
cómputo tan importantes hoy día en la educación, etc., Esto no sólo se vive en las instituciones
educativas sino en todas las dependencias del país. ¿Y el dinero a dónde se destina? A los
programas del bienestar, a dinero que se da en la mano, sin supervisión, sin
tener claridad en su manejo, pero garantiza una clientela a favor del gobierno
encabezado por AMLO.
Esta realidad innegable va dejando una estela de retrocesos,
que se aumentan de manera aún incalculable, con la llegada del COVID-19, la
pandemia.
Guevara Niebla, afirma como muchos otros intelectuales, que
esta situación nos puso en la cara, la desigualdad, la injusticia, los
problemas crónicos de la educación mexicana, que, en vez de mejorar, se han
agudizado.
Estamos inexorablemente en esta “regresión educativa” que es
favorecida por un suceso natural, la pandemia, es cierto, pero también se debe
a las decisiones políticas que se han tomado, la opción desde el poder, ha sido
recortar las ya insuficientes finanzas a la actividad educativa. Este
desinterés por la educación, sucedía antes del fenómeno “Cuatro T”, era
notorio, pero hoy, con lo que ha pasado, se vuelve una actitud mezquina, pues
el poco dinero (dado que no se trabaja en una mejor política fiscal que recaude
ingresos para lo prioritario-social), se destina a proyectos clientelares, y a
obras, que, si bien pueden ser importantes, habría que reconocer que no estamos
en jauja para hacerlos hoy.
El ensayo no tiene pierde, lo escribe una persona que estuvo
ahí, que vivió situaciones, que tiene una larga historia en mundo educativo,
que sabe de qué habla… Deja ideas en qué pensar, por ejemplo, menciona la necesaria
reflexión que tenemos que hacer todos lo implicados sobre esto y pensar en los
problemas en los que cada uno puede reconocer y comprometerse desde sus microespacios, menciona la enseñanza, ese es nuestro ámbito, y cómo desde ahí,
haciéndolo bien, con buena formación, con cultura pedagógica, con ese
compromiso ético y responsable frente a cada niño, podemos romper el círculo de
la desigualdad, dando la oportunidad de vivir una educación que le permita
hacerse cargo de sí mismo, de su vida, y del tiempo que le toca vivir… Cómo le
escuché hace poco Díaz Barriga, (otro grande de las letras sobre educación),
somos mayores de edad, no necesitamos decir “fórmame para trabajar mejor”, como
adultos, tomamos decisiones, y ser un profesional preparado, culto, que mira en la penumbra de los futuros que se ofrecen, es una
decisión del ámbito muy, pero muy personal.
Maestros, hay que leer este libro, nos ayuda a comprender
nuestra real-realidad educativa y cuando esto pasa, cuando comprendemos la raíz
de los problemas, nos situamos y nos ponemos a hacer nuestra tarea con más
sentido y profesionalismo… Yo mañana, sigo el “Claroscuro de la reforma
educativa 2013-2018”, esa mal llamada reforma, desaparecida, dicen… veremos.
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