lunes, 27 de noviembre de 2023

Abigail Shrier. Un daño irreversible. La locura transgénero que seduce a nuestras hijas.

 

Abigail Shrier. Un daño irreversible. Deusto, 2020, Conversión a Libro Electrónico por Editorial Planeta, 2021.

 

En el tiempo que nos va tocando vivir, sabemos de viejas problemáticas heredadas, y algunas se atienden, otras siguen postergadas, y en su seno crecen y desencadenan otras.  En medio de estos nuevos rumbos, lógicas y postergaciones, brincan problemáticas que nos asaltan, ya por su novedad, porque apenas pueden pensarse, y se van viviendo invisibilizadas, ajenas a las agendas políticas, pero ahí están, listas para cambiar nuestras preocupaciones.

Este libro (y otro que me esta esperando llamado “Nadie nace en un cuerpo equivocado), plantea una problemática que tiene que ver con la mujer, y no lo aborda como ese viejo asunto histórico que expresa la vieja deuda con el desarrollo de las mujeres, el trato plagado de injusticias que ha negado espacios para florecer en todo su potencial.

No, no habla de ello. Habla de una nueva amenaza para el desarrollo de las mujeres, quienes atrapadas en un sin de conflictos, menospreciadas, violentadas, afligidas por el poco aprecio de su rol, ahora desean modificar su biología y volverse hombres. 

Este libro de una tendencia peligrosa de niñas, adolescentes y adultas, quienes dicen sentir nacieron en un cuerpo equivocado, y que tiene todo el derecho de hacer ajustes necesarios para cambiarse hacia el otro sexo, pues solo tenemos dos, eres hombre o mujer, por tanto, hoy, muchas mujeres se siente hombres en un cuerpo femenino, que eso de tener senos, vagina, una estructura ósea para el parto, no les es conveniente, que se sienten mal, y necesitan urgentemente hacer algo al respecto. A esto se le llama “disforia de género”.

Hemos sabido de esta incomodidad en el sexo biológico propio, especialmente en hombres. Se sabe de casos aportados por la medicina, y se afirma que cuando menos el 0.01 por ciento de la población, desde sus primeros años vivían esta situación; sabíamos de hombres biológicos que se decían atrapados en ese cuerpo, y necesitaban moverse hacia el de una mujer. A estas personas, les llamamos hombres-trans.  Pero mujeres trans, se hablaba poco.

La situación ha cambiado en la última década.  Según este libro la “euforia de género” se ha desatada entre las mujeres, especialmente en las niñas y adolescentes, en mujeres de mediana edad, y algunas, con avanzada de edad.  Mujeres que salen del closet y dicen “me siento hombre”.

El libro tiene como contexto a los Estados Unidos, especialmente a estados que han modificados sus leyes para dar cabida a estas nuevas demandas y derechos de la ciudadanía “trans”, los grupos LGBT+, ahora, con las demandas de inclusión, apelando a derechos, estos grupos diseñan, presionan, y gestionan nuevas políticas que afectan a la educación, a la salud emocional y biológica, y generan un contexto de personas victimizadas que demandan ser escuchadas, atendidas, y quienes no lo hagan, son señalada como homofóbicas, racistas, y diversos calificativos que dañan su más sólida refutación, aunque sus argumentos sean sólidamente fundamentados.

La autora nos cuenta, cómo se va gestando una sólida y extensa red de instituciones educativas y de salud que trabajan para atender a estas mujeres aportándoles orientación, sustancias, hormonas masculinas, fajas especiales para apretar los senos, mastografía a solicitud, faloplastias, es decir, creación quirúrgica de un pene tomando grandes cantidades de piel de otras partes, mutilando una parte del cuerpo, para crear otra con dudosa funcionalidad.

El libro me ha impresionado.  Habla de las jóvenes de este tiempo, quienes viven múltiples exigencias y en medio stress, soledad, se gestan en ellas, diversas afectaciones psicológicas, inseguridades, y viven en un malestar, y en esa vulnerabilidad se encuentran con esta tendencia que se difunde por personas de las redes, quienes se hacen una transformación y la difunden por  YouTube, en diversas plataformas y cuentan cómo todos su problemas por arte magia desaparecen al sentir que eran hombres atrapados en un cuerpo de mujer, y aconsejan seguir su ejemplo de felicidad.

Narra experiencias de padres que han enfrentado tal situación, quienes, si no apoyan tales cambios, son presionados por las hijas, quienes amenazan con el suicidio, y si finalmente no acceden termina como personas tóxicas pues los grupos de trans, aconsejan apartarse de la familia, dando por argumento una falta de respeto, de amor a las necesidades que tienen.

Menciona la emergencia de una psicología, cuyos profesionales practican una “terapia afirmativa”, es decir, reciben a pacientes mujeres que se “sienten-hombres”,  jóvenes con múltiples problemas psicológicos que no se revisan, no se hacen buenos diagnósticos de la patología que las lleva a terapia, tan solo al escuchar “me siento hombre”, dicen que les creen, las afirman en su sentir, las apoyan en sus tratamientos hormonales de testosterona sin analizar los cambios y daños posibles que tal modificación a su genética pueda acarrear en el futuro.

Nos Habla de la educación, como desde estos espacios, ya se introducen estos contenidos, y reciben una afirmación a un descubrimiento espontáneo, sin historia, y bajo la lógica de la inclusión, son aceptados como nuevos miembros que salen del closet.  E igual, nos informa sobre la cadena de consecuencias de estas medidas apoyadas por terapeutas y médicos a la medida de tal exigencia sorpresiva de “me siento hombre”, relata cómo con diagnósticos inadecuados, se hacen cambios físicos y hormonales que a la larga afecta la salud de estas múltiples formas.  Al pasar el tiempo, se van viendo mujeres arrepentidas.

El libro deja un mareo, una sensación de terror, un miedo ante este nuevo problema…Y en medio de esta narrativa pensé… ¿Qué pasa con la mujer? ya no se habla de mujeres, sino de personas gestantes, personas menstruantes, personas con vagina, es decir, se evita la palabra, tan sólo son personas que pueden modificar su biología de acuerdo al sentir que se antoja. 

Veo una trasgresión a nuestra biología humana dividida en dos sexos, hombre y mujer, cada cuerpo con características y funciones específicas que garanticen nuestra presencia, pero ahora las mujeres convertidas en personas trasns, se vuelven hombres, y la gestación humana, ¿¿Qué?  ¿Es otro modo de lucha de lo masculino contra lo femenino? Bueno, el mareo es cada vez más grande… ¿Qué nueva realidad está ahí, gestándose para asaltar la educación? ¿para asaltar a la familia? ¿Para asaltar a la especie humana? No lo sé, pero me quedo muy, muy preocupada.

Dejaré pasar unos días antes de iniciar el siguiente libro “Nadie nace en un Cuerpo equivocado”, cuyo contexto es España, pues parece que, en México, la moda trans en las mujeres, se encuentra en la oscuridad, está ocurriendo en el silencio de las familias, en la soledad de quienes lo van viviendo sin saber de dónde asirse.

Hay que leer sobre este asunto, y así, cuando emerja con la fuerza con la que crece en otros países ya la viven, tengamos información y algo podamos hacer para cuidar a nuestras niñas, a nuestras jóvenes, en especial a las niñas, quienes merecen ser protegidas de las influencias, de las modas que tienen fines que no alcanzamos a mirar, puede haber farmacéuticas, el lucro de las redes, tantos fines con amenazas ocultas. Pero en especial, comprender que las mujeres, nuestro género, es decir, ese rol social que nos da, aún tiene muchas batallas que librar para cambiar las reglas del trato que se nos otorga. Comprender que esto de cambiarse de sexo es una cobardía y las mujeres necesitamos seguir siendo valientes.

 

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