Yuval Noah Harari. Nexus. DEBATE, Barcelona, 2024. Edición Electrónica.
Siempre comentar un libro tan
extenso, no es fácil (aunque en el subtítulo dice "breve historia"). Del final me volví a la introducción, luego al epílogo, revisé
las notas y la claridad de por dónde empezar a comentar este libro parece no
dárseme, pero ya es tiempo de puntualizar mis impresiones ante tan compleja
lectura, y digo compleja no por el lenguaje, ya que el autor es muy didáctico, sino por el cúmulo de datos, ejemplos
que va aportando en su descripciones
para explicar cualquier asunto que
necesita para darnos su postura, y tiene que ser así, pues se trata de un historiador,
de alguien que conoce a detalles sucesos de la evolución humana, del cambio
humano y social, es así como entiende la historia, y hacer narrativas de los
cambios que hemos vivido como humanidad es su tarea.
Pues bien, ¿de qué va este libro? Su título da algunas pistas. Como historiador, explora los cambios referentes a lo que nos ha ido como grupo, como civilización; nos habla de esas construcciones de los primeros humanos que fueron permitiendo a lo largo de los siglos una argamasa, un conjunto de actos y hechos que propiciaron “un estar juntos” primero para sobrevivir a la intemperie de los inicios de los tiempos y llevaron en el transcurrir de los siglos a formar civilizaciones, a vivir en comunidad con mínimos conflictos, nunca ausentes por desgracia, somos muy complejos.
Nos dice, que los homos sapiens tuvimos
que aprender a cooperar unos con otros, y así, juntos, se fue dando la
construcción de herramientas que
ayudaron a la definición de formas aceptables de organización social tejiendo una red, un pegamento
entre unos y otros que nos hizo avanzar por los siglos hasta llegar a la más
reciente construcción redes informáticas conocida como internet, que a su vez
ha progresado en lo que se ha llamado Inteligencia Artificial comúnmente conocida
como “IA”, y ésta última aportación, avanza
a galope de caballo y parece que sin jinete, dejando a su paso una estela de dudas,
preguntas y problemas que podrían tornarse peligrosas de acuerdo a su mirada
con un fuerte dejo de alarmismo, ya que
ante un progreso tan acelerado, la capacidad de pensar del homo sapiens, su
creador, parece quedar subordinada al poder de los procesos algorítmicos de una “IA” que dan respuestas a situaciones
de la vida social, ya con una mínima intervención humana.
El libro cuenta a
detalle, estas formas de reunión humana que se fueron experimentando, dando
lugar a esta red que nos ha llevado a estar juntos y avanzar, a ponernos de
acuerdo en medio de la incertidumbre y la penuria en una desolada realidad en
la que había que aprender a vivir. Nos dice, que aprendimos a construirnos mitos,
relatos, rituales, religiones, formas de gobierno, y con todo esto, fuimos quedamos
adheridos unos a otros, atrapados en los cuentos que nos contamos con base a la
ficción, fantasía, hasta la mentira en boca del poseedor de la palabra con poder
de dirigir grupos humanos, quien fue recibiendo diferentes nombres, hasta
llegar a nuestros dirigentes actuales.
Para explicar esta necesidad
y capacidad de mantenernos unidos, este “Nexus”, utiliza la idea de “información”. Explica que era poseedor de una información
sobre algo, podía usarla para favorecer juicios de valor, provocar emociones,
sembrar creencias, y por qué no, ocultar cosas y enfatizar otras que le parecían
mejores. Reflexiona, que poseer
información no necesariamente implica
tener la verdad absoluta, ya que la verdad es verdad dependiendo de las situaciones
y por ello, puede haber una infinidad de versiones; quien tiene el poder de decir cuál es la que
importa, la impone sobre otras, y ya en ese tenor, tiene un uso delimitado
atendiendo intereses, por tanto, quien diga que tiene la información correcta,
es una ingenuidad, es sólo una versión entre una infinidad de posturas, que postulada
por alguien, se torna creíble, única, difícil de desmontar. Y así es como se ha
podido avanzar, validando un tipo de información sobre otras, y quien poseía
tal información, se le pensó como sabio.
Cuando la información era
sobre la tierra, los animales, formas de organización en comunidades pequeñas,
los conflictos eran menores en torno a ella, permitía un desarrollo dejando de
lado otros. Sin embargo, hoy, el tiempo presente
nos inunda con cúmulos de información que además no cesa de reproducirse y en
vez de contar con estrategias sabias para ser una mejor civilización, para
resolver cualquier problema que nos aqueje, paradójicamente, estamos al borde
de la extinción. Y la pregunta es ¿Cómo es posible? Harari sostiene que se ha llegado a esto, por manejar una idea ingenua sobre la información, en creer que con información, la versión cualquier que esta sea, es suficiente, pero tal
información puede ser la causante de nuestras desgracias y no tenemos
herramientas para dicernir y rebatirla, pensarla antes de darle el estatus de idea hegemónica. A esto le
llama predominio de una “idea ingenua de la información”.
En la actualidad, el mundo se invade por de grandes cantidades de información, y ésta, cualquiera que sea, da
poder a quien la posee, la usa, la difunde sin importar la calidad de esta.
Estamos rodeados de “posverdad”, “fake news” “falacias” que se creen, que nadie
cuestiona, sólo se recibe y de acuerdo a las necesidades se va creando una
conexión de creyentes, una red, un grupo, dando lugar a tribus humanas, donde
cada cual puede tener su única verdad creíble, así la información, hoy, separa
lo que antes unió a mi entender.
En el libro se va cuenta de los
cambios de “Nexus” humano, de cómo se inicia con simples relatos míticos, místicos,
de héroes, de historias que religaron, dieron identidad, orgullo de pertenecer;
primero fue con el desarrollo del lenguaje oral, así, se fueron contando historias y de
ahí, se pasó a la palabra escrita, que fue favorecida con la invención de la
imprenta. Luego, vino la invención de la
radio, ese aparato mágico con el cual se podía a hablar a la vez a grandes
cantidades de personas, cada uno en su casa, para luego, invadir los hogares
con la televisión, así el mensaje, acompañado con la imagen trasmitió más que
información, movilizó emociones, sentimientos, y se favoreció el aumento de versiones
sobre la realidad, pues en la medida en que se difundía tanta información, se fue
perdiendo el control de una única verdad, no pudo evitarse que cada quien la interpretara
dada sus esquemas, experiencias, necesidades, así las verdades únicas pasaron a
verdades múltiples. Ante el incremento de tantas verdades, las personas buscan ese
sostén, ese refugio, y se orientan por ideas místicas, se busca al divulgador
de una verdad que, de luz, que sirva de faro, de guía y van surgiendo los
nuevos personajes, quienes encarnen fe, confianza, seguridad.
En el libro se lee esta
historia de cambios en nuestras formas de reunión para estar juntos a pesar de
lo complejo que es coexistir, ya con la escritura, se construyeron guías de
vida con los libros sagrados, como la biblia, el Corán, se construyeron instituciones
como las iglesias, los gobiernos con sus burocracias, documentos laicos como
las constituciones, construcciones que con el devenir de los tiempos, han
tenido que evolucionar ante los cambios de la realidad, se ha reinterpretado
para acabar con desencuentros, matanzas (pone el ejemplo de la caza de brujas),
alejarse se los preceptos que no van con el ritmo del cambio que aporta la
ciencia, las nuevas verdades.
La evolución de herramientas
como la escritura, la imprenta, la radio, la televisión, y el más reciente el
Internet, y con éste, la “IA”, habla de un progreso venido de menos a más, hoy
acelerado. Dedica la última parte del libro a explicarnos este reciente “Nexus”
humano, la más reciente creación humana, una herramienta en estos días, cargada de información, cuenta con millones de
datos que gracias a su lógica algorítmica, es capaz de recargarse con la
información cotidiana que dejamos los usuarios en las redes y plataformas, y con
esta información se reorganizarse, crea nuevos enlaces, necesidades, respuestas,
induce, orienta nuestra “navegación”, son los famosos algoritmos, que poco
entendemos, pero acaban por invadir nuestras apetencias y necesidades.
Y ahora, utilizando la “IA”, dejamos que haga mucho por nosotros, desde controlar aparatos, hasta el grado de solicitarle la redacción de un texto, evitando nuestro apuro y ansiedad de domeñar una idea que deseamos comunicar. La IA, hoy puede diagnosticar climas, tráficos, dirigir vehículos diversos, robots, suplantar voces, imágenes, etc., y las ideas de nuevos usos, son imparables.
Así vamos en este progreso humano que nadie puede negar que es increíble, insólito, pero Harari sospecha, dice, que su uso sin control, desmedido, puede terminar mal, ya que al ir acumulando datos que ya todos sin saberlo, le aportamos tan sólo con el uso
normal del internet, ella, la IA, nos conoce, y reacciona algorítmicamente, nos responde,
nos atiende, nos guía, y nos va alejando de la necesidad de pensar, y lo que es
más preocupante, de pensarla, de controlarla. Harari piensa que IA, puede llegar
a tomar un nivel de control difícil de revertir.
En este punto, Harari, pudiera
parecer muy alarmista, algo catastrofista al dejar ver la idea de que esta
herramienta producto de nuestra creatividad, inventiva, pudiera liberarse de su
creador y tomar decisiones ausentes del criterio moral, ético, de eso, que nos
hace humanos únicos e irrepetibles.
Pues de esto trata el libro
imposible narrar con fineza, cada apartado está lleno de datos históricos, como
dice él mismo, se trata de muchísima información, que se encuentra con mentes eclipsadas
por facilismo, la mucha ignorancia e incapacidad de para captar toda una
historia que exigiría años de estudio, y esto se debe en gran parte, a un débil
formación recibida, a una educación desatenta a la realidad, y ha dejado de
prepararnos para pensar en el mundo de la emergencia de la “IA”, y corremos el
peligro de su dominio ante nuestra obsolescente inteligencia para seguir
aprendiendo a discernir información de entre la tantísima información que ya brota
algorítmicamente.
El autor tiene muchas
críticas por otros que están en contra de su postura. ¿Quién tiene la verdad?
No lo sabemos, pero ésta es una versión entre otras, conocerla es nuestra
responsabilidad.
Y confieso que me he quedado
algo preocupada, soy profesora y me pregunto ¿sucederán esto augurios de futuro?
Aquello de la Matrix, la ciencia ficción a la que nos llevó “Terminator”, y
tantas otras películas de ficción, ¿Qué tantos indicios de realidad posible
tendrán? Quien sabe, pero qué bueno que teneos a estos escritores explorando la
realidad, reconociendo intersticios de futuros que tal vez podemos evadir, si
somos capaces de mirar atentos los peligros y de construir otras realidades más
halagüeñas para la humanidad.
Es un libro algo extenso,
pero hay que hacer esfuerzos de lectura, sin estos esfuerzos humanos, algo de
verdad se contiene en el escribir de Harari… y sería de terror
cósmico. Este el mío...