Vicente Garrido. El psicópata integrado en la familia, la empresa y la política. Claves para neutralizarlo. Ariel, España, 2023, Edición Electrónica.
Una de las preguntas centrales de este libro, me parece la
siguiente: ¿En qué medida estamos preparando a los ciudadanos para que
dispongan de mejores recursos para enfrentarse a la amenaza que supone la
psicopatía? Misma que a lo largo del libro, conlleva diversas respuestas.
Por un lado, el autor nos advierte que 1% de las personas tiene
rasgos de psicopatía, y que algunos llegan hasta el 5%, si es que se ubican en
la política o en el mundo de los negocios.
Por tanto, los psicópatas viven entre nosotros.
¿Y quiénes son estas personas? No se trata de una psicopatía
criminal ya que están integrados a la sociedad, tienen un bajo perfil; su
principal rasgo es su incapacidad para vincularse con el resto de las personas en
forma afectiva, no entiende las emociones, los sentimientos, no siente empatía,
no experimenta la compasión ni culpa, carece de una esfera espiritual; la
verdad es la suya sin creer en nada fijo, son egoístas, despreocupados y para convivir
con los otros, se construye máscaras con la imita los rasgos humanos bien
vistos y oculta los propios, y así tiene libertad para acercarse a las personas,
a quienes seduce, manipula, utiliza mostrando un modo de ser esperado, así, nos
revisa, nos lee con inteligencia fría, calculadora y se adentra en nuestras formas de pensar y
sentir para utilizarlas con el propósito
de alcanzar las metas que se propongan, y sin miedo ni pudor alguno, no piensan
en las consecuencias que sus fines impriman al resto de las personas, las
cuales por lo general son dañinas.
Un psicópata integrado, ante los ante los ojos de todo el mundo, aparecen como tipos
estupendos, quienes sin dar latigazos, usar armas, son capaces de ataques
insidiosos y crueles a la autoestima de su presa; tienen la ha habilidad de
percibir, de leer la forma de pensar y de actuar de las personas, y con este
conocimiento generan estrategias para someter resistencias, convencen, controlan,
y van llevando a las personas a una desvalorización de manera más psicológica
que violenta los ideales, sueños, derechos, dando como resultado a una degradación moral, muy útil para su
fines. Cuando las personas se dan
cuenta, terminan con un colapso mental y emocional del cual es difícil salir. Garrido
nos dice que es un ser muy preparado para hacer el mal, para causar daño sin
dejo de remordimiento, ya que las personas son simples “cosas”, que se pueden
desechar cuando obtienen lo que desean, sea lo que fuere.
El psicópata, tiene un gran poder modélico, pues avanza, se
crece y aparece como el mejor marcando camino a otros, a quienes inspira al
activar en ellos, ese lado oscuro que todos tenemos, y si se tiene una conciencia
moral frágil, entonces su mensaje les resuena, atienden los llamados del
psicópata que todo lo puede hacer sin culpa, y lo siguen. Hoy, con el mundo digital, el psicópata puede
hacer un llamado a personas con formas de maldad diversas, cuya frontera muy
difusa entre lo que es correcto e incorrecto, escuchan al macho-Alfa, ese psicópata
que insista a seguirlo. Recordemos el
mundo de la segunda guerra mundial con Hitler, y tal vez si pensamos hoy en lo
que pasa en Estados Unidos con Trump.
En la parte final, nos aporta otras respuestas tendientes a
darnos pistas para defenderos de estos depredadores ante su creciente emergencia,
alentados por el avance de una moral social muy quebradiza, la creciente individualización,
la pérdida de valores morales que organicen la vida en común, la decreciente racionalidad
que desatiende lo complejo de estos tiempos.
Todo se ha vuelto un caldo de cultivo para la creciente presencia de psicópatas
integrados a nuestro alrededor, por doquier vemos padres que parece amorosos,
pero en la intimidad del hogar se anida la violencia, el abuso, o al revés,
hijos abusivos de sus padres, malas relaciones laborales, compañeros de trabajo
que enferman los ambientes para gana algo.
Los psicópatas nos buscan para ser quienes desean ser, dando rienda suelta
a su nihilismo, falta de empatía, irresponsabilidad, y así vivir a costa de las
demás, sin ver el dolor que le infringe para lograrlo.
En primer lugar, nos propone recuperar nuestra capacidad intuición.
Siempre que nos encontramos con una
persona con rasgos de psicopatía, viene a nosotros un aviso interior, hay algo
que nos alerta, puede ser una acción, una palabra, algo, que nos recuerda un
daño, una mala experiencia, y si le hacemos caso, podemos estar atentos al
poder seductor de nuestro acosador mental, que está preocupado por conocernos,
por investigarnos, por ver cuál es nuestra “pata de palo”, cual es nuestra
necesidad, y por ahí, meterse en nuestra vida y poseernos para utilizarnos. Por desgracia, el poder de seducción es fuerte,
y caemos, callamos las alertas y quedamos atrapados. Nos dice que debemos apoyarnos en quienes nos
rodean, que nos avisen del peligro. ¿Lo hacemos? Creo que no.
Como segunda estrategia, nos acerca a la logoterapia de
Víctor Frankl, un sobreviviente de los campos de concentración, donde siendo
una víctima de psicópatas y miles de seguidores, supo enfrentar la situación desde
el valor de ser sí mismo siendo con los demás, es decir, decidió ser una
persona más humana, más compasiva, más interesada en los demás, trascendiéndose,
construyéndose un algo más, una razón vital para continuar, a lo que denominó,
voluntad de sentido, y que todos los no Psicópatas tenemos.
En esta parte del libro, va enunciando algunos criterios de
esta propuesta de Frankl, que, si la revisamos, están en nosotros
potencialmente, y si las desarrollamos, nos permitirán hacer frente a este flagelo
humano, que, sin pudor, temor, y toda displicencia, ésta dispuesto a socavarnos.
Enunciaré algunos de estos criterios, por ejemplo, aprender
de las “experiencias radicales” que todos vivimos en algún momento de nuestra
vida, y nos mueve el orden de nuestra vida, en las que muchas veces nos
perdemos sin hacer el esfuerzo de mirar fuera de ellas, salir, alargarnos por
el campo de la experiencia y crecer en ese dolor pensando en nuestra trascendencia.
Otra es la resiliencia, muy conocida, donde aprendemos que los que nos pasa no
es el final, podemos reconstruirnos; otro es, acudir a nuestra dimensión espiritual,
meternos en nosotros mismos, y preguntarnos siempre por lo que nos hace crecer,
lo que nos hace mejores personas, y estar con un psicópata, no lo es, éste nos destruye. Uno más es la libertad, pensar en ella desde
otros valores como el respeto, la responsabilidad, y así, va tocando criterios
de la Psicología Frankliana, que aluden al coraje de la vida, al coraje de existir
en la adversidad para alcanzar lo nos trascienda, que se refleja en esos
pequeños actos donde nos regalamos al otro un poco más de lo que somos, le
llama, pequeños actos altruistas.
Y lo más importa, y razón de este libro, hacernos de información
sobre lo que es un psicópata, conocer sus rasgos, estar atentos para quedar
presos de su seducción, impedirle que nos lea a su modo y toque esa vibra
sensible que nos sujetará y de la que será difícil soltarse.
Recomiendo este libro a todos, leerlo nos ayuda a leernos,
reconocer que tan frágiles somos a este rasgo genético adormecido en muchos de
nosotros, o muy activo en otros. Y vivir a la manera de Frankl, desarrollando
el lado humano, más atento y respetuoso de la dignidad, del valor de los demás.
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