domingo, 10 de noviembre de 2024

Vicente Garrido. El psicópata integrado en la familia, la empresa y la política. Claves para neutralizarlo. Ariel, España, 2023.

 



Vicente Garrido. El psicópata integrado en la familia, la empresa y la política. Claves para neutralizarlo. Ariel, España, 2023, Edición Electrónica.

 

Una de las preguntas centrales de este libro, me parece la siguiente: ¿En qué medida estamos preparando a los ciudadanos para que dispongan de mejores recursos para enfrentarse a la amenaza que supone la psicopatía? Misma que a lo largo del libro, conlleva diversas respuestas.

Por un lado, el autor nos advierte que 1% de las personas tiene rasgos de psicopatía, y que algunos llegan hasta el 5%, si es que se ubican en la política o en el mundo de los negocios.  Por tanto, los psicópatas viven entre nosotros.

¿Y quiénes son estas personas? No se trata de una psicopatía criminal ya que están integrados a la sociedad, tienen un bajo perfil; su principal rasgo es su incapacidad para vincularse con el resto de las personas en forma afectiva, no entiende las emociones, los sentimientos, no siente empatía, no experimenta la compasión ni culpa, carece de una esfera espiritual; la verdad es la suya sin creer en nada fijo, son egoístas, despreocupados y para convivir con los otros, se construye máscaras con la imita los rasgos humanos bien vistos y oculta los propios, y así tiene libertad para acercarse a las personas, a quienes seduce, manipula, utiliza mostrando un modo de ser esperado, así, nos revisa, nos lee con inteligencia fría, calculadora  y se adentra en nuestras formas de pensar y sentir para utilizarlas  con el propósito de alcanzar las metas que se propongan, y sin miedo ni pudor alguno, no piensan en las consecuencias que sus fines impriman al resto de las personas, las cuales por lo general son dañinas.

 Los psicópatas integrados, tienen como móvil el poder propio del ámbito en que se mueva, que puede ser su pareja, los hijos, los amigos, compañeros de trabajo, para ello, mienten, agreden a quien se interpone en sus fines e intereses, los reconoce como medios, cosas, “tontos útiles”, pero, obedece a un poder superior, que por lo general puede ser un psicópata con mayor capacidad de reclutamiento.   Garrido dice que la psicopatía es una manera de ser, un modo peculiar de pensar, de actuar que tiene una raíz genéticamente insensible, esta disposición se ve favorecida por los ambientes donde crecen y desarrollan, ese lado no bien visto, o “sombra” en términos jungnianos se fortalece y busca recursos para vivirse, con el costo de sufrimiento humano de quienes quedan atrapados en sus estrategias. La diferencia de la sociopatía, donde tenemos a individuos que se ven implicados en contextos de violencia, de crimen, de abuso, y por pertenecer, se hacen de ese modo de vida, pero pueden tener familia, emociones de apego hacia los suyos.  El psicópata no quiere a nadie, su mundo está en sí mismo.

Un psicópata integrado, ante los ante los  ojos de todo el mundo, aparecen como tipos estupendos, quienes sin dar latigazos, usar armas, son capaces de ataques insidiosos y crueles a la autoestima de su presa; tienen la ha habilidad de percibir, de leer la forma de pensar y de actuar de las personas, y con este conocimiento generan estrategias para someter resistencias, convencen, controlan, y van llevando a las personas a una desvalorización de manera más psicológica que violenta los ideales, sueños, derechos, dando como resultado  a una degradación moral, muy útil para su fines.  Cuando las personas se dan cuenta, terminan con un colapso mental y emocional del cual es difícil salir. Garrido nos dice que es un ser muy preparado para hacer el mal, para causar daño sin dejo de remordimiento, ya que las personas son simples “cosas”, que se pueden desechar cuando obtienen lo que desean, sea lo que fuere.

El psicópata, tiene un gran poder modélico, pues avanza, se crece y aparece como el mejor marcando camino a otros, a quienes inspira al activar en ellos, ese lado oscuro que todos tenemos, y si se tiene una conciencia moral frágil, entonces su mensaje les resuena, atienden los llamados del psicópata que todo lo puede hacer sin culpa, y lo siguen.   Hoy, con el mundo digital, el psicópata puede hacer un llamado a personas con formas de maldad diversas, cuya frontera muy difusa entre lo que es correcto e incorrecto, escuchan al macho-Alfa, ese psicópata que insista a seguirlo.  Recordemos el mundo de la segunda guerra mundial con Hitler, y tal vez si pensamos hoy en lo que pasa en Estados Unidos con Trump.

 Este libro, como vemos, resulta muy pertinente su lectura en estos tiempos.  En cada capítulo ofrece ejemplos de psicópatas en diferentes contextos, describe sus modus operandi para atrapar a sus presas, esas personas-cosas que le permiten cumplir sus deseos egoístas y nihilistas. Nos dice, que los lugares más fecundos para estos personajes son el mundo empresarial, donde sin reflexionar se lanzan a aventuras de inversión donde ellos ganan, pero generan consecuencias como el derrumbe de la economía, llevan a empresas a la quiebra, dejando a miles despojados.  De igual modo, la política es un terreno de cultivo para estos personajes, pues les fascina el poder.

En la parte final, nos aporta otras respuestas tendientes a darnos pistas para defenderos de estos depredadores ante su creciente emergencia, alentados por el avance de una moral social muy quebradiza, la creciente individualización, la pérdida de valores morales que organicen la vida en común, la decreciente racionalidad que desatiende lo complejo de estos tiempos.  Todo se ha vuelto un caldo de cultivo para la creciente presencia de psicópatas integrados a nuestro alrededor, por doquier vemos padres que parece amorosos, pero en la intimidad del hogar se anida la violencia, el abuso, o al revés, hijos abusivos de sus padres, malas relaciones laborales, compañeros de trabajo que enferman los ambientes para gana algo.  Los psicópatas nos buscan para ser quienes desean ser, dando rienda suelta a su nihilismo, falta de empatía, irresponsabilidad, y así vivir a costa de las demás, sin ver el dolor que le infringe para lograrlo.

En primer lugar, nos propone recuperar nuestra capacidad intuición.  Siempre que nos encontramos con una persona con rasgos de psicopatía, viene a nosotros un aviso interior, hay algo que nos alerta, puede ser una acción, una palabra, algo, que nos recuerda un daño, una mala experiencia, y si le hacemos caso, podemos estar atentos al poder seductor de nuestro acosador mental, que está preocupado por conocernos, por investigarnos, por ver cuál es nuestra “pata de palo”, cual es nuestra necesidad, y por ahí, meterse en nuestra vida y poseernos para utilizarnos.  Por desgracia, el poder de seducción es fuerte, y caemos, callamos las alertas y quedamos atrapados.  Nos dice que debemos apoyarnos en quienes nos rodean, que nos avisen del peligro. ¿Lo hacemos? Creo que no.

Como segunda estrategia, nos acerca a la logoterapia de Víctor Frankl, un sobreviviente de los campos de concentración, donde siendo una víctima de psicópatas y miles de seguidores, supo enfrentar la situación desde el valor de ser sí mismo siendo con los demás, es decir, decidió ser una persona más humana, más compasiva, más interesada en los demás, trascendiéndose, construyéndose un algo más, una razón vital para continuar, a lo que denominó, voluntad de sentido, y que todos los no Psicópatas tenemos.

En esta parte del libro, va enunciando algunos criterios de esta propuesta de Frankl, que, si la revisamos, están en nosotros potencialmente, y si las desarrollamos, nos permitirán hacer frente a este flagelo humano, que, sin pudor, temor, y toda displicencia, ésta dispuesto a socavarnos.

Enunciaré algunos de estos criterios, por ejemplo, aprender de las “experiencias radicales” que todos vivimos en algún momento de nuestra vida, y nos mueve el orden de nuestra vida, en las que muchas veces nos perdemos sin hacer el esfuerzo de mirar fuera de ellas, salir, alargarnos por el campo de la experiencia y crecer en ese dolor pensando en nuestra trascendencia. Otra es la resiliencia, muy conocida, donde aprendemos que los que nos pasa no es el final, podemos reconstruirnos; otro es, acudir a nuestra dimensión espiritual, meternos en nosotros mismos, y preguntarnos siempre por lo que nos hace crecer, lo que nos hace mejores personas, y estar con un psicópata, no lo es, éste nos destruye.  Uno más es la libertad, pensar en ella desde otros valores como el respeto, la responsabilidad, y así, va tocando criterios de la Psicología Frankliana, que aluden al coraje de la vida, al coraje de existir en la adversidad para alcanzar lo nos trascienda, que se refleja en esos pequeños actos donde nos regalamos al otro un poco más de lo que somos, le llama, pequeños actos altruistas.

Y lo más importa, y razón de este libro, hacernos de información sobre lo que es un psicópata, conocer sus rasgos, estar atentos para quedar presos de su seducción, impedirle que nos lea a su modo y toque esa vibra sensible que nos sujetará y de la que será difícil soltarse.

Recomiendo este libro a todos, leerlo nos ayuda a leernos, reconocer que tan frágiles somos a este rasgo genético adormecido en muchos de nosotros, o muy activo en otros. Y vivir a la manera de Frankl, desarrollando el lado humano, más atento y respetuoso de la dignidad, del valor de los demás.

 

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