martes, 26 de noviembre de 2024

Yuval Noah Harari. Nexus. DEBATE, Barcelona, 2024. Edición Electrónica.

 


Yuval Noah Harari. Nexus. DEBATE, Barcelona, 2024. Edición Electrónica.

 

Siempre comentar un libro tan extenso, no es fácil (aunque en el subtítulo dice "breve historia"). Del final me volví a la introducción, luego al epílogo, revisé las notas y la claridad de por dónde empezar a comentar este libro parece no dárseme, pero ya es tiempo de puntualizar mis impresiones ante tan compleja lectura, y digo compleja no por el lenguaje, ya que el autor es muy  didáctico, sino por el cúmulo de datos, ejemplos que va  aportando en su descripciones para explicar  cualquier asunto que necesita para darnos su postura, y tiene que ser así, pues se trata de un historiador, de alguien que conoce a detalles sucesos de la evolución humana, del cambio humano y social, es así como entiende la historia, y hacer narrativas de los cambios que hemos vivido como humanidad es su tarea.

Pues bien, ¿de qué va este libro? Su título da algunas pistas.  Como historiador, explora los cambios referentes a lo que nos ha ido como grupo, como civilización; nos habla de esas  construcciones de los primeros humanos que fueron permitiendo a lo largo de los siglos una argamasa, un conjunto de actos y hechos que propiciaron “un estar juntos” primero para sobrevivir a la intemperie de los inicios de los tiempos y llevaron en el transcurrir de los siglos a formar civilizaciones, a vivir en comunidad con mínimos conflictos, nunca ausentes por desgracia, somos muy complejos.  

Nos dice, que los homos sapiens tuvimos que aprender a cooperar unos con otros, y así, juntos, se fue dando la construcción de  herramientas que ayudaron a la definición de formas aceptables de  organización social tejiendo una red, un pegamento entre unos y otros que nos hizo avanzar por los siglos hasta llegar a la más reciente construcción redes informáticas conocida como internet, que a su vez ha progresado en lo que se ha llamado  Inteligencia Artificial comúnmente conocida como “IA”, y ésta última aportación,  avanza a galope de caballo y parece que sin jinete, dejando a su paso una estela de dudas, preguntas y problemas que podrían tornarse peligrosas de acuerdo a su mirada con un fuerte dejo de alarmismo,  ya que ante un progreso tan acelerado, la capacidad de pensar del homo sapiens, su creador, parece quedar subordinada al poder de los procesos  algorítmicos de una “IA” que dan respuestas a situaciones de la vida social, ya con una mínima intervención humana.

El libro cuenta a detalle, estas formas de reunión humana que se fueron experimentando, dando lugar a esta red que nos ha llevado a estar juntos y avanzar, a ponernos de acuerdo en medio de la incertidumbre y la penuria en una desolada realidad en la que había que aprender a vivir. Nos dice, que aprendimos a construirnos mitos, relatos, rituales, religiones, formas de gobierno, y con todo esto, fuimos quedamos adheridos unos a otros, atrapados en los cuentos que nos contamos con base a la ficción, fantasía, hasta la mentira en boca del poseedor de la palabra con poder de dirigir grupos humanos, quien fue recibiendo diferentes nombres, hasta llegar a nuestros dirigentes actuales.

Para explicar esta necesidad y capacidad de mantenernos unidos, este “Nexus”, utiliza la idea de “información”.  Explica que era poseedor de una información sobre algo, podía usarla para favorecer juicios de valor, provocar emociones, sembrar creencias, y por qué no, ocultar cosas y enfatizar otras que le parecían mejores.  Reflexiona, que poseer información  no necesariamente implica tener la verdad absoluta, ya que la verdad es verdad dependiendo de las situaciones y por ello, puede haber una infinidad de versiones;  quien tiene el poder de decir cuál es la que importa, la impone sobre otras, y ya en ese tenor, tiene un uso delimitado atendiendo intereses, por tanto, quien diga que tiene la información correcta, es una ingenuidad, es sólo una versión entre una infinidad de posturas, que postulada por alguien, se torna creíble, única, difícil de desmontar. Y así es como se ha podido avanzar, validando un tipo de información sobre otras, y quien poseía tal información, se le pensó como sabio.  

Cuando la información era sobre la tierra, los animales, formas de organización en comunidades pequeñas, los conflictos eran menores en torno a ella, permitía un desarrollo dejando de lado otros.  Sin embargo, hoy, el tiempo presente nos inunda con cúmulos de información que además no cesa de reproducirse y en vez de contar con estrategias sabias para ser una mejor civilización, para resolver cualquier problema que nos aqueje, paradójicamente, estamos al borde de la extinción. Y la pregunta es ¿Cómo es posible? Harari sostiene que se ha llegado a esto, por manejar una idea ingenua sobre la información, en creer que con información, la versión cualquier que esta sea, es suficiente, pero tal información puede ser la causante de nuestras desgracias y no tenemos herramientas para dicernir y rebatirla, pensarla antes de darle el estatus de idea hegemónica. A esto le llama predominio de una “idea ingenua de la información”.

En la actualidad, el mundo se invade por de grandes cantidades de información, y ésta, cualquiera que sea, da poder a quien la posee, la usa, la difunde sin importar la calidad de esta. Estamos rodeados de “posverdad”, “fake news” “falacias” que se creen, que nadie cuestiona, sólo se recibe y de acuerdo a las necesidades se va creando una conexión de creyentes, una red, un grupo, dando lugar a tribus humanas, donde cada cual puede tener su única verdad creíble, así la información, hoy, separa lo que antes unió a mi entender.

En el libro se va cuenta de los cambios de “Nexus” humano, de cómo se inicia con simples relatos míticos, místicos, de héroes, de historias que religaron, dieron identidad, orgullo de pertenecer; primero fue con el desarrollo del lenguaje oral, así, se fueron contando historias y de ahí, se pasó a la palabra escrita, que fue favorecida con la invención de la imprenta.  Luego, vino la invención de la radio, ese aparato mágico con el cual se podía a hablar a la vez a grandes cantidades de personas, cada uno en su casa, para luego, invadir los hogares con la televisión, así el mensaje, acompañado con la imagen trasmitió más que información, movilizó emociones, sentimientos, y se favoreció el aumento de versiones sobre la realidad, pues en la medida en que se difundía tanta información, se fue perdiendo el control de una única verdad, no pudo evitarse que cada quien la interpretara dada sus esquemas, experiencias, necesidades, así las verdades únicas pasaron a verdades múltiples. Ante el incremento de tantas verdades, las personas buscan ese sostén, ese refugio, y se orientan por ideas místicas, se busca al divulgador de una verdad que, de luz, que sirva de faro, de guía y van surgiendo los nuevos personajes, quienes encarnen fe, confianza, seguridad.

En el libro se lee esta historia de cambios en nuestras formas de reunión para estar juntos a pesar de lo complejo que es coexistir, ya con la escritura, se construyeron guías de vida con los libros sagrados, como la biblia, el Corán, se construyeron instituciones como las iglesias, los gobiernos con sus burocracias, documentos laicos como las constituciones, construcciones que con el devenir de los tiempos, han tenido que evolucionar ante los cambios de la realidad, se ha reinterpretado para acabar con desencuentros, matanzas (pone el ejemplo de la caza de brujas), alejarse se los preceptos que no van con el ritmo del cambio que aporta la ciencia, las nuevas verdades.  

La evolución de herramientas como la escritura, la imprenta, la radio, la televisión, y el más reciente el Internet, y con éste, la “IA”, habla de un progreso venido de menos a más, hoy acelerado. Dedica la última parte del libro a explicarnos este reciente “Nexus” humano, la más reciente creación humana, una herramienta en estos días,  cargada de información, cuenta con millones de datos que gracias a su lógica algorítmica, es capaz de recargarse con la información cotidiana que dejamos los usuarios en las redes y plataformas, y con esta información se reorganizarse, crea nuevos enlaces, necesidades, respuestas, induce, orienta nuestra “navegación”, son los famosos algoritmos, que poco entendemos, pero acaban por invadir nuestras apetencias y necesidades.

Y ahora, utilizando la “IA”, dejamos que haga mucho por nosotros, desde controlar aparatos, hasta el grado de solicitarle la redacción de un texto, evitando nuestro apuro y ansiedad de domeñar una idea que deseamos comunicar. La IA, hoy puede diagnosticar climas, tráficos, dirigir vehículos diversos, robots, suplantar voces, imágenes, etc., y las ideas de nuevos usos, son imparables.

Así vamos en este progreso humano que nadie puede negar que es increíble, insólito, pero Harari sospecha, dice, que su uso sin control, desmedido, puede terminar mal, ya que al ir acumulando datos que ya todos sin saberlo, le aportamos tan sólo con el uso normal del internet, ella, la IA, nos conoce, y reacciona algorítmicamente, nos responde, nos atiende, nos guía, y nos va alejando de la necesidad de pensar, y lo que es más preocupante, de pensarla, de controlarla.  Harari piensa que IA, puede llegar a tomar un nivel de control difícil de revertir.

En este punto, Harari, pudiera parecer muy alarmista, algo catastrofista al dejar ver la idea de que esta herramienta producto de nuestra creatividad, inventiva, pudiera liberarse de su creador y tomar decisiones ausentes del criterio moral, ético, de eso, que nos hace humanos únicos e irrepetibles.

Pues de esto trata el libro imposible narrar con fineza, cada apartado está lleno de datos históricos, como dice él mismo, se trata de muchísima información, que se encuentra con mentes eclipsadas por facilismo, la mucha ignorancia e incapacidad de para captar toda una historia que exigiría años de estudio, y esto se debe en gran parte, a un débil formación recibida, a una educación desatenta a la realidad, y ha dejado de prepararnos para pensar en el mundo de la emergencia de la “IA”, y corremos el peligro de su dominio ante nuestra obsolescente inteligencia para seguir aprendiendo a discernir información de entre la tantísima información que ya brota algorítmicamente.  

El autor tiene muchas críticas por otros que están en contra de su postura. ¿Quién tiene la verdad? No lo sabemos, pero ésta es una versión entre otras, conocerla es nuestra responsabilidad.

Y confieso que me he quedado algo preocupada, soy profesora y me pregunto ¿sucederán esto augurios de futuro? Aquello de la Matrix, la ciencia ficción a la que nos llevó “Terminator”, y tantas otras películas de ficción, ¿Qué tantos indicios de realidad posible tendrán? Quien sabe, pero qué bueno que teneos a estos escritores explorando la realidad, reconociendo intersticios de futuros que tal vez podemos evadir, si somos capaces de mirar atentos los peligros y de construir otras realidades más halagüeñas para la humanidad.

Es un libro algo extenso, pero hay que hacer esfuerzos de lectura, sin estos esfuerzos humanos, algo de verdad se contiene en el escribir de Harari… y sería de terror cósmico.  Este el mío...

 

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