Conversatorio: la pedagogía crítica ante las problemáticas educativas contemporáneas. https://www.facebook.com/watch/?v=1771063779718399&extid=GBmceAel3QTLddeL
Por los años 80s, nos llegaron y consumimos teorías que dieron cuenta de un cierto modo de nuestra realidad, y tal manera de interpretarla, orientó una actitud de denuncias y plantear férreas defensas y solicitudes para transformar el mundo que se sentía tan injusto. La idea de "crítica" en esos momentos tomó un sentido revelador, denunciador, y por consecuencia, luchas en defensa de lo social por medio un plural activismo en diferentes ámbitos, lo sexual, las mujeres, los marginados, el ambiente, etc. Vengo de esa forma de pensar, como hija de esa formación me afilié a esas ideas, y como muchos, en nuestro campo, le llamamos, "pedagogía crítica", de la cual me empapé y pude trasmitir como docente.
Hoy, al tiempo, me pregunto ¿qué nos dejó? sinceramente, algún cambio debió darse, pero a la larga, seguimos padeciendo esos problemas, algunos, de manera más intensa.Por fortuna para mí (y no sin dificultad), a mediados de los 90s, fui adentrándome por otras ideas “La epistemología del Presente Potencial”. Confieso que fue un horror entenderle algo, pero fui terca, disciplinada, y creo que por el 2010, me fue quedando cierta claridad en esos sentidos teóricos (que me llamaban a pesar de la dureza de ese lenguaje tan ajeno a mi formación empobrecida como docente de escuela primaria).
¿Por qué insistí? ¿Por qué me atrajo algo tan complejo? Recuerdo una frase de Bachelard, que decía que cuando uno insiste en una obra, es porque esas páginas, nos conciernen, tienen que ver con lo que uno desea, y venciendo mis ignorancias, descubrí que con esas ideas, podía asumirme como sujeto, es decir, saberme atrapado en un mundo hecho, pero en ese espacio que me tocaba habitar, existían un espacio infinito para mi auto-realización.
Y con este "saber-no-sabido", continué y poco a poco
dejé de hablar de la hegemonía como la culpable de todo, para comprenderla como el mundo
que tocó vivir, ese que se me impuso al nacer, donde mi tarea sería conocerlo, entender a qué estaba sujetada para aprender a "soltarme" de esas
estructuras tan determinantes e injustas. Comprendí el poder que tiene responder preguntas como éstas ¿Qué mundo vivo en
tiempo-real? ¿Qué realidades se están dando y hacia dónde van? ¿En cuál de
ellas puedo insertarme y desde mi ser,
pensar, hacer la puedo re-orientar hacia sus futuros? En pocas palabras, en este
enfoque, uno mismo dado su conocimiento y sensibilidad, es el creador de la
historia posible reconociendo su ámbito de intervención en el dado-dándose; uno
necesita hacerse de la fuerza para reorientar esos sentidos anómalos que
irrumpen la socialidad.
Soy profesora, he trabajado con niños enseñando a leer y escribir desde formas diferentes empeñada en provocar nuevos caminos didácticos en este campo, porque "eso" está en mi ámbito de acción y sé que se necesita, que nuestra infancia necesita estas herramientas para enfrentar su futuro, lo cual no ha sido fácil, pero igo buscando modos de seguir con esta tarea.
Como formadora de docentes, igual, he buscado
diferentes maneras de provocar la “apropiación de la práctica”, de que los
alumnos a mi cargo, vivieran una “pedagogía del límite” donde experimentaran la provocación de buscar dentro de sí mismos ese poder para hacer lo que parece no puede hacerse, pero que sienten es urgente, y así, apasionados con su propio movimiento formativo, vivan una pedagogía que que provoque a su vez el movimiento
subjetivo de sus alumnos, desde su propia movilización. que aporta un “goce oceánico” retomando a Freud.
Por tanto, el sentido que le demos
a la crítica que usamos, tiene mucho que
ver en lo que terminamos haciendo. No es
lo mismo una crítica denunciante del sistema de cosas que nos rodea y alimenta
un activismos ingenuo, a esta idea “forma de razonamiento capaz de referirse a
la potencialidad de lo dado”(Hugo Zemelman, en Problemas Antropológicos y
Utópicos del Conocimiento, COLMEX, 1996, p. 47), la cual nos invita a mirar el
horizonte de eso que nos preocupa y reconocer sus diversos sentidos abiertos al
futuro, así podemos decidir en cuál insertarnos desde lo que somos y sabemos
hacer. De esto trata la Epistemología
del Presente Potencial, un enfoque donde el sujeto social es el protagonista de
la historia.
Este conversatorio sin duda es un
gran esfuerzo, todo es útil, aporta, pero, escuchando con atención, sentí esa
vieja idea de crítica denunciante, que moviliza en pro de derechos muy
justos, pero que están inmersos en estructuras determinantes de todo tipo tan
complejas y difíciles de vencer con denuncias, proclamas, marchas, plantones, que no dudo
influyan en algo ¿pero cuánto dura ese cambio?
Pero si nuestra idea de crítica nos lleva a abrir, revelar dónde estamos inmersos, qué fuerzas nos gobiernan, y nos inducen a modos de ser y pensar, sabremos cómo enfrentarlas, aprenderemos a visualizarlas como fuerzas que se mueven hacia el
horizontes, y que no tiene un solo modo, que existen opciones, así podremos optar, situarnos adecuadamente, y hacer aquello que nos remonte en ellas mismas, haciendo todo lo
que nos sea posible para modificar sus nefastos desenlaces.
Ha pasado el tiempo, tengo en la obra de Zemelman más de 25 años. Invertí mucho tiempo para
comprender el mensaje formativo de la propuesta zemelmaniana, y sigo haciéndolo
porque en este enfoque se va comprendiendo esa frase tan dinámica “la historia se hace desde
la cotidianidad”, y cuando queda claro, cuando se nos revela la responsabilidad
histórica que tenemos y descubrimos desde dónde la podemos vivir, viene este reconocimiento de asumirnos como "ámbito de sentido" desde lo que nos apasiona hacer, para influir en las fuerzas determinantes de la
historia en que nacimos, pasando por ellas dejando nuestra huella. En nuestro caso, como docentes tenemos una invaluable
trinchera: La educación.
Me encantó. Después de leer ésta reflexión sobre el pensamiento crítico, cambiaré mi modo de actuar frente a la vida. Creo que en ocasiones nos olvidamis que lo más importante de la criticidad es la aportación significativa para cambiar historicamente nuestro entorno con nuestro hacer desde cualquier trinchera. Gracias por tan nutrida lectura.
ResponderEliminarLa crítica como un acto de revelación de lo que sucede, como se construyó y que fuerzas siguen impulsado, si lo sabemos, podremos ser una fuerza que reoriente, pero si lo ignoramos, creemos hacer cosas que son buenas, pero tal vez siguen apoyando sin saberlo... agradezco su comentario, aunque no supe su nombre. Feliz de saberle por aquí.
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